El ocaso de los 'tirapiedras'

Ojalá que el miércoles haya sido derrotado el bando de los "tirapiedras" en sus dos vertientes que volvieron a funcionar en perfectos vasos comunicantes: los que agitaban afuera una desvaída recreación en miniatura de la batalla campal de diciembre de 2017 y los que la avalaban intelectualmente dentro de la , con avieso entusiasmo, apoyándose en para pedir el levantamiento de la sesión en la que finalmente el .Esa simbiosis fue reconocida, incluso, desde la agencia Paco Urondo: "Sin la fuerza necesaria para plantarse tanto adentro como afuera, hemos sido derrotados tanto en las calles como en el Palacio".El riesgoso y antidemocrático dispositivo les había funcionado cuando en diciembre de 2017 lograron diferir para otro día el tratamiento de la reforma previsional. Lo intentaron por segunda vez, pero fracasaron. Y ahora les acaba de suceder lo mismo.Eso no quita que deba examinarse cuanto sea necesario si el operativo de seguridad implementado en las inmediaciones del Palacio Legislativo fue el adecuado, determinarse con exactitud la identidad y procedencia de los encapuchados que saben encender la mecha y escabullirse a tiempo para no ser apresados, y si las redadas policiales indiscriminadas sin un eficaz protocolo, incluso a varias cuadras del epicentro de los incidentes, sirven para algo a la luz de que los detenidos terminan siendo liberados a las pocas horas y recibidos a su salida como héroes por dirigentes y militantes, por no poder determinarse su relación precisa con los disturbios. Tampoco conviene atizar el fuego xenófobo si las acusaciones contra extranjeros que habrían participado de los desórdenes no están debidamente fundadas.Lo cierto es que el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, nos dijo en Terapia de noticias, por LN+, que hubo heridos, pero entre los policías, en tanto que el SAME no había registrado ninguno entre los manifestantes. Habrá que creerle ya que son imágenes de las que no se habrían privado medios como C5N y Página 12.En fin, podrían tejerse infinitas tesis sobre quiénes desataron el último caos frente al Congreso -la más insólita es que la gente de Horacio Rodríguez Larreta dejó a propósito bolsas de escombros para que los encapuchados se sirvieran a gusto-, pero lo indiscutible es que la y que la violencia en la calle ponía en serio riesgo ese objetivo. Tal como todos pudimos ver por televisión, los que intentaban aprovechar ese argumento en el recinto eran quienes precisamente se oponían al...

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