La obsesión por el "factor Moyano"

Laura Serra LA NACIONUna coincidencia cruda y lapidaria hilvana hoy por hoy a los principales candidatos presidenciales de la oposición: ninguno de ellos, de alcanzar el poder en 2011, cree que podrá gobernar la Argentina con Hugo Moyano al frente de la CGT. Por una cuestión de estricta supervivencia política, admiten, ya piensan en cómo desterrado del mapa sindical.El debate es cómo. "Sin duda, hay que apuntar a las investigaciones judiciales", sentencian los dirigentes opositores más duros. Otros, con una mirada más pragmática, sostienen que Moyano "morirá de inanición" si el próximo gobierno le corta el suministro millonario de subsidios y prebendas oficiales que hoy nutren su poder. Confían, entonces, en que sus enemigos internos en la central -léase los llamados "Gordos"- serán los encargados de sepultar al camionero para ungir a un líder acorde con nuevos vientos. "La CGT es oficialista del gobierno de turno. Si gana la oposición, la renovación vendrá sola", presagia un hombre del sindicalismo, muy cercano a Francisco de Narváez.El "factor Moyano" domina hoy por hoy las principales charlas de café de la dirigencia opositora. La demostración de fuerza que el jefe sindical exhibió en el estadio de River, hace una semana; los permanentes bloqueos de su gremio a las empresas que se le retoban; su afán por inmiscuirse en la política con candidatos propios; sus negocios millonarios y el uso de la presión y la violencia como forma de persuasión son todos elementos que convencieron a la oposición de que limitar a Moyano debería ser prioritario después de 2011."Hay que dejarlo que continúe en esta senda de prepotencia y violencia; en términos electorales, eso nos beneficia, porque no sólo se hunde Moyano, sino también Kirchner, que está identificado como su principal socio", sostuvo una fuente cercana a Eduardo Duhalde, precandidato del PJ Federal. "Moyano se va con Kirchner", coinciden personas del entorno del precandidato radical Ricardo Alfonsín, quien mantuvo en las últimas semanas discretas reuniones con dirigentes rivales de Moyano en la CGT.Debate irresueltoEn el alfonsinismo hay un debate todavía no saldado: hay quienes sostienen que, de llegar al poder, deben instrumentar de inmediato un modelo de mayor libertad sindical -lo que implicaría neutralizar el poder no sólo de Moyano, sino también de la CGT-. Otros dirigentes, más "conciliadores", sugieren un tránsito más gradual, menos brutal, acordado con los demás líderes gremiales.En las filas del...

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