Obra pública: los delitos de Franco Macri y el ocaso de la patria contratista

Los constructores que integraron durante décadas la llamada patria contratista siempre se frotaron las manos en los años impares. El motivo es simple: hay y para la política hay pocas cosas más excitantes que inaugurar obras en épocas de campaña. O al menos, licitar.Pero este 2019 es distinto. Ya no juntan las manos por los presupuestos oficiales, más bien lo hacen para rezar y rogar que pase el año con el menor daño posible.Los dueños de la nacional están abrumados por la tormenta perfecta que descargó desde hace un año sobre ellos. Procesados, sospechados y sin proyectos atractivos culpa de un presupuesto que ajustó, como tantas veces en la Argentina, por la infraestructura.La última palada de tierra la tiró el presidente cuando fue entrevistado por Luis Majul en su programa La cornisa. Dijo que su padre, , .Pero no todo es reputacional, hay problemas prácticos. La administración pública está paralizada ya que nadie quiere estampar su firma en pagos o modificaciones de obra a compañías involucradas en .Aquellos entusiastas empresarios, históricos aplaudidores de actos oficiales, ya ni pisan la Casa Rosada. Jamás imaginaron que el destrato vendría del hijo de uno de ellos. Tanto que muchos dicen que por estas horas ponen gran parte del dinero que ganaron en otras épocas para mantener las puertas abiertas de su empresa. El caño de fondos públicos sin demasiados controles se atascó. Ahora toca aportar algo, al menos, del que tenían guardado en el colchón. El que las hace las paga, dice el refrán. Ahora toca pagar.Los bancos, históricos financistas del sistema, les cierran sus puertas en sus narices: nadie presta a empresas acusadas de fraude. Los entienden, pero no hay un peso.Días pasados, varios de los principales empresarios del área se reunieron con el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga. Le pidieron que intercediera para que se normalice el crédito. No hubo caso. El banquero los escuchó, pero no les dio ninguna solución. Argumentó que la línea del banco no está dispuesta a firmar legajos de préstamos a empresas que tienen sospechas. El eventual cambio de gestión después de diciembre ha convertido a muchos integrantes de la línea en cuidadosos y precavidos banqueros.Solo un puñado de bancos cierra los ojos frente a las normas del compliance. Algunos...

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