Esa otra obra de arte

Faltan los ciervos. Es cierto que el campo no es de trigo, como el que pintó para siempre Vincent van Gogh, ese campo ominoso, cargado de una inminencia. Pero el amarillo, el marrón terroso del camino y la coloración del cielo son semejantes. Con algunas salvedades, claro: aquí no hay cuervos sino personas. Una mujer india y sus hijos caminan en una plantación de mostaza en Gauhati. Seguramentre trabajan en ella, igual que, seguramente, lo hicieron sus ancestros. Pero hay además otras diferencias con Van Gogh. La pincelada de la naturaleza es en este paisaje más aérea que la de él; tiene un puntillismo que lo acerca a Claude Monet. ¡Qué...

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