Serias objeciones a la reforma de los Códigos

Así como las constituciones son una suerte de programa político, donde se acuerdan pautas programáticas, sistemas de gobierno, pactos integrativos de los Estados o provincias miembros, garantías para el ciudadano frente al poder político y derechos personales de carácter inviolable, los códigos civil y comercial constituyen, por su parte, un haz de normas concernientes a la vida del habitante, desde su concepción como persona hasta que deja de serlo por la muerte. Es decir, que no concierne tanto a su carácter de ciudadano, sino a la de partícipe de la sociedad civil, como persona "de a pie", aquella que nace y vive en la comunidad, forma una familia, procrea, educa, trabaja y gana su salario, logra adquirir una vivienda, invierte, comercia, se asocia, crea empresas y ejerce todos los actos ordinarios de su condición humana.Tal enumeración, que al enunciarse con rapidez parecería de menor nivel que las normas por las cuales se rige la organización política, es, en realidad, de capital importancia.La Constitución Nacional ha garantizado los derechos y garantías individuales de todos, pero la Nación ha sistematizado el quehacer individual y colectivo cotidiano sobre la base de las prescripciones del Código Civil; a éstas siguieron las estipulaciones del Código de Comercio y hoy ha quedado abierta la perspectiva inmediata de que ambos se modifiquen y unifiquen. Dependerá de si prospera el proyecto que el Poder Ejecutivo ha enviado en ese sentido al Congreso de la Nación.En las últimas horas, el oficialismo parlamentario ha decidido postergar su tratamiento definitivo para 2014 –la semana próxima sólo lo aprobaría el Senado antes de que concluyan las sesiones ordinarias del Congreso–. Es de esperar que esa impasse implique la reapertura del debate y la disposición a incorporar las correcciones que hagan falta a la modificación de leyes de semejante envergadura.Desde la sanción del famoso Código Suizo de las Obligaciones, que trataba en conjunto las normas de orden civil y comercial, ha sido una aspiración creciente en la doctrina comparada la de unificar el derecho privado, en su faz civil y mercantil. En esto ha habido un acierto en el proyecto en discusión. Sin embargo, la importancia de las reformas encaradas imponía una dinámica distinta en relación con la consulta popular.El Gobierno dice que ha recorrido el país en numerosas audiencias públicas buscando consensos, pero lo cierto es que no se ha dado un verdadero debate sobre aspectos sustanciales de tan...

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