Nunca es tarde para declararse culpable

Nuestras culpas caminan siempre detrás de nosotros, y a veces terminan por alcanzarnos; la de Clarence Moore, lenta pero perseverante, tardó 40 años en atraparlo. Moore, de 66 años, fue condenado por robo en Carolina del Norte en 1967. Escapó varias veces de la ley y en 1976 terminó por esfumarse de todos los controles policiales (en estos tiempos de chips y GPS, donde de todo el mundo se sabe algo, parece extraño, pero en la década del 70 era lo normal?).

Hasta hace unas semanas vivía en Kentucky y sus vecinos lo conocían como Ronnie T. Dickinson. Su mujer no sabía de su pasado. Entonces sufrió un derrame cerebral: la situación lo encontró sin documentos de identidad ni seguro social. Por eso...

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