Nuevos vecinos: la Jefatura de Gobierno le cambió la cara a Parque Patricios

El barrio está plagado de señales que le dan un fuerte sentido de pertenencia: pizzería El Globito, fundada en 1934, pizzas y empanadas Los Patricios y supermercado son algunos de los ejemplos de una identidad conectada al fútbol y otras costumbres. Pero esa fisonomía comenzó a cambiar desde hace algunas semanas con la llegada de los primeros empleados de , que se inaugurará hoy a las 11.

A los obreros de overol que caminan por allí se sumaron los empleados de camisa y corbata, pantalones chupines y sacos, motoqueros, efectivos de la Policía Metropolitana y agentes de tránsito ubicados en torno del edificio diseñado por el arquitecto Norman Foster, de Uspallata 3160, que albergará unos 1200 trabajadores de diferentes áreas del gobierno de la ciudad. Un cambio que, para los vecinos y comerciantes, se convirtió en un beneficio más sumado a las empresas que desembarcaron en el Distrito Tecnológico y la llegada de la línea H de subte.

"Nosotros teníamos nuestra clientela, pero ahora creció mucho más. Al mediodía se arman mesas de cinco, ocho y diez personas. Hasta hicimos una promoción de 10% de descuento para los empleados del nuevo edificio. Todos estamos laburando bien", cuenta a LA NACION Alberto Márquez, uno de los mozos de la pizzería El Globito.

A la cantidad de trabajadores que desde hace algunas semanas ocupan el edificio de Foster hay que sumarle todas aquellas personas que, directa e indirectamente, tuvieron que recaer en la zona por cuestiones laborales. "¡Sííí! Se ve muchísima más gente. A nosotros nos favoreció porque vendemos más y a toda hora. El otro día vinieron dos pibes muertos de hambre a las cinco de la tarde. Se comieron dos empanadas y se fueron", recuerda Elvira, que vende pizzas y empanadas a una cuadra de la nueva sede de gobierno.

Para ella, los cambios en la zona no sólo llegaron desde que se trasladaron los primeros empleados, sino mucho antes. "El parque estaba abandonado, oscuro y peligroso. Desde que lo arreglaron, comenzó a cambiar la gente que lo frecuenta y se puso más lindo", cuenta.

Allí, en el parque Patricios, hay un grupo de chicos que juegan al básquet y otros que pelotean en las canchas de ping-pong mientras se oyen martillazos y salen chispas de las soldaduras de las rejas del edificio, del otro lado de la calle Uspallata. Pasan mujeres y hombres haciendo running, se oyen los ladridos de los perros que lleva un paseador y los libreros de la feria de Caseros y Monteagudo comienzan a desplegar cientos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR