Un nuevo punto oscuro en la pesquisa

El , casi tres semanas después del crimen y a sólo un puñado de metros donde el 30 de diciembre pasado apareció el cadáver de la chica argentina, es un leve avance, pero, principalmente, un punto negro más en la errática marcha de realizada hasta ahora por la justicia y la policía uruguayas.

Quizás los peritajes arrojen algo de luz sobre este nuevo hallazgo, aunque lo cierto es que la escena del crimen, excepto el primer día, nunca estuvo debidamente custodiada. En todo este tiempo, a ese monte lindero a la costa entre Valizas y Aguas Verdes -al que muchos argentinos llegan por su belleza agreste- pudo entrar cualquiera: periodistas argentinos y uruguayos que cubrieron el caso, cualquier curioso que tuviese ganas de aventurarse en él o, incluso, el asesino, que todavía no tiene nombre conocido.

Se podría aventurar que la mochila rosa de la chica de 15 años siempre estuvo allí y que la policía no la encontró; sería un caso de ineficacia rayana en la negligencia, casi como en el caso de la familia Pomar, a la que años atrás cientos de policías buscaron durante días cuando, en realidad, los cuatro estaban muertos dentro del auto, con el que habían chocado a metros de la ruta.

Pero podría ser aun peor: no se ha descartado aún que, a falta...

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