Nuevo ciclo político: los populismos pierden las riendas en la región

Parecían estar rodeados de un aura de invencibilidad. Acostumbrados a gobernar con viento de cola, los gobiernos populistas y de izquierda llevaron las riendas del poder en la región durante más de diez años. Pero algo se resquebrajó. El primer campanazo lo dio la Argentina y, luego, le siguió Venezuela. En Brasil, tiembla Dilma Rousseff. Todo apunta a un nuevo ciclo político.

No es un proceso uniforme. Algunos gobiernos, como el del boliviano Evo Morales, todavía se mantienen estoicos, sobre todo gracias a la bonanza económica y también al hábil manejo del presidente en cuestiones políticas. En Ecuador, sigue firme Rafael Correa, pero el descontento popular crece y ya anunció que no buscará la reelección en 2017.

Las grietas en los populismos de la región comenzaron con el derrumbe de los precios de las materias primas, que alimentaron las exportaciones de los países de la región. Pero la economía no lo explica todo. Desde hace años sectores que no se sienten representados denuncian autoritarismos, la concentración de poder en el Ejecutivo y corrupción.

"La llegada de Mauricio Macri a la presidencia en la Argentina y la estrepitosa derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de Venezuela sin duda marcan el declive populista, porque son dos países muy representativos en el continente y tienen influencia en la región. Pero, además, hay otros países que están cambiando de modelo forzados por las circunstancias, como Brasil y Uruguay", explica LA NACION María Teresa Romero doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

Venezuela es el país que implementó con más fuerza el modelo económico populista. Un esquema basado -según apunta Juan Carlos Hidalgo, del Cato Institute- en altos niveles de gasto (que se volvieron insostenibles), emisión monetaria (que llevó a la mayor inflación del mundo), controles cambiarios y nacionalizaciones, entre otras medidas intervencionistas.

En medio de este panorama económico, al que hay que sumarle la escasez de productos básicos, no sorprende que la semana pasada la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) haya logrado el control total de la Asamblea Nacional. Es la peor derrota que sufrió el chavismo desde que llegó al poder, en 1999. Esto no significa que de ahora en más Venezuela será un lecho de rosas. Todo lo contrario. Según Romero, "vienen momentos difíciles, de mayor ingobernabilidad y conflictos".

Todos apuntan a que el gran perdedor de las elecciones es el...

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