Nuevas pruebas complican al camarista

El camarista federal Eduardo Freiler no sólo recibió 12 cheques de un empresario concursado, Raúl Mingini, para comprarse su cupé Mercedes Benz. Un socio de Mingini trabaja para otra empresa que a su vez pagó los viajes de lujo del magistrado a varias carreras de autos de colección y cubre la guardería marítima donde guarda su moto de agua.

Se trata de Amílcar Eduardo Ricci, un ex empleado público bonaerense que trabaja para Dienst Consulting, la firma que solventa los gustos del camarista que afronta una investigación del Consejo de la Magistratura por su llamativo enriquecimiento.

Las extensiones del entramado que une al magistrado con el dueño de una fábrica platense de pastas van más allá. Mingini también lidió con el juez Rodolfo Canicoba Corral mientras que los negocios de Freiler llegan hasta otro juez de Comodoro Py, Ariel Lijo, y su hermano y operador judicial, Alfredo "Freddi" Lijo, con cuya esposa el camarista federal comparte la financiera Minning Pride.

El vínculo de beneficios, negocios y bienes entre Freiler, Mingini y Ricci se concentra en la explotación de campos y hacienda. Mingini y Ricci controlan 1000 hectáreas en Santiago del Estero. Y Freiler intervino en una causa sobre el cartel de Juárez, en la que Mingini pujó por otro campo, también por más de 1000 hectáreas, pero en Balcarce.

Ese campo bonaerense perteneció al narcolavador Raúl Salvia, quien murió ejecutado por un policía. Es la estancia Rincón Grande y vale una fortuna. Antes había sido del narco mexicano Amado Carrillo, "el Señor de los Cielos". Y Salvia intentó apropiárselo.

Asesinado Salvia, Mingini se presentó con una hipoteca en Tribunales para quedarse con el campo. Y recurrió a abogados y lobistas. Se movió con el estudio Brizuela, con el letrado Jorge Raponi y, después, con el ex ministro Jorge Casanovas, pero también golpeó la puerta del actual diputado nacional por el Frente Renovador, Raúl Pérez, buen amigo de Freiler desde los tiempos universitarios platenses.

"Mingini vino a verme por un amigo en común diciendo que sufría una persecución política, pero lo único que tenía era una causa judicial", dijo Pérez. "Mingini se quejaba de que el primer juez de la causa [por Canicoba] le había dado a un tercero la administración del campo y eso lo hacía perder una fortuna", rememoró.

Pérez negó, sin embargo, haber intercedido por Mingini ante el siguiente...

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