La nueva urgencia de Macri: cómo salir del default

Hoy, en la invernal y fría Nueva York, el gobierno argentino tomará contacto con los fondos buitre por primera vez en más de un año y medio. Cerrado el caso de los narcotraficantes que se fugaron y abierta la investigación sobre las complicidades políticas, policiales y judiciales, la administración de Macri se enfrentará con otra parte de la herencia de Cristina Kirchner: el default de la deuda pública que provoca el embargo de los pagos a los deudores que aceptaron los canjes de 2005 y 2010.

La decisión del embargo la tomó el juez Thomas Griesa, luego de que el anterior gobierno desacató la orden de cumplir con la sentencia del magistrado, que les dio la razón a los holdouts.

Ningún funcionario de Macri se reunió hasta ahora con Griesa; sólo hablaron con el facilitador nombrado por el juez, Daniel Pollack.

El juez fue implacable desde que advirtió una actitud beligerante del gobierno argentino hacia él, pero algunos suponen que Griesa podría volverse más benévolo con sólo percibir que, desde Buenos Aires, ya no lo insultan.

Tampoco ningún funcionario del gobierno de Macri habló con los holdouts o fondos buitre; eso sucederá hoy, por primera vez. Sin embargo, el actual gobierno argentino recibió algunos mensajes cifrados de los fondos buitre, marcados más que nada por la desconfianza y el prejuicio.

Paul Singer, el mandamás de NML Capital, el principal fondo que litigó contra la Argentina, nunca olvida, dicen, ese día de julio de 2014 cuando el acuerdo estaba listo para la firma tras una mediación de bancos argentinos. Cristina rompió el principio de acuerdo desde Caracas, donde estaba en una de sus frecuentes visitas al chavismo. Nunca se supo por qué lo hizo, pero su ministro de Economía, Axel Kicillof, viajó de Caracas a Nueva York para dinamitar el acuerdo ya terminado.

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, tiene un problema (o dos). El primero es que aquel acuerdo fracasado les había reconocido a los holdouts un 80 por ciento, entre capital e intereses, de la deuda en default. Cristina Kirchner aprobó personalmente los términos de ese acuerdo antes de dar marcha atrás. ¿Por qué los fondos buitre aceptarían menos ahora, después de que Griesa tomó posteriormente varias decisiones a su favor?

Es difícil que eso suceda, pero, a su vez, Prat-Gay tiene que saltar con suerte una valla importante: establecer un acuerdo que pueda ser aprobado por el Congreso. Es improbable que el Parlamento apruebe una quita del 20 por ciento...

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