La nueva redistribución del poder entre Alberto y Cristina

Es muy complejo rastrear el proceso de distribución de poder en una coalición política nueva. La tentación más frecuente es interpretarlo desde las categorías de los antecedentes más inmediatos, pero no siempre son útiles. El Frente de Todos no es la Alianza, aunque herede un lejano espíritu de coalición. Tampoco es el primer kirchnerismo, pese a que Alberto Fernández lo reivindique como la edad de oro, ni el último cristinismo, aun cuando tenga a la expresidenta como protagonista. El Frente de Todos tiene una fisonomía y una dinámica mucho más complejas que todas esas experiencias anteriores. Ni sus accionistas principales saben todavía cómo se distribuyen los dividendos.En su breve historia hubo cuatro . El fundacional fue la designación de Alberto Fernández como candidato por parte de Cristina Kirchner, tallado en mármol para que siempre quedara en claro que ella era el alfa y omega de todo. El segundo fue el cierre de listas de candidatos, donde la expresidenta, con un poder amplio, puso varios nombres, especialmente en el territorio bonaerense; los gobernadores, recién incorporados al proyecto, incidieron en sus distritos, y Fernández apenas pudo tallar en la ciudad de Buenos Aires. La organización seguía siendo esencialmente piramidal. El tercer episodio fue el proceso electoral, que dejó a todos con distintas cuotas de participación en el triunfo. , lo que le permitió empezar a acumular capital propio, pero, por lo que no le restó demasiado a su compañera de fórmula. También Sergio Massa se quedó con una parte porque sus votos fueron decisivos. Y los gobernadores revalidaron en sus distritos. El peronismo no perdió ninguna provincia y conquistó dos nuevas con Axel Kicillof en Buenos Aires y Omar Perotti en Santa Fe.La última etapa de distribución del poder antes de asumir el gobierno tuvo esta semana su momento más intenso,. Arrancó el lunes con la cumbre en Recoleta y terminó el viernes con rumores cruzados sobre lo que había pasado en el área económica. En la reducida réplica vernácula de Yalta que protagonizaron los Fernández, con Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" de Pedro de testigos, se habló mucho de la unificación de los bloques en el Congreso, pero una frase de Alberto al salir indujo a todos a poner el acento en los ministerios. "El gabinete está prácticamente definido", señaló y así marcó la lectura de que fue hasta el departamento de Cristina a refrendar los nombres que lo acompañarán.Fernández arma un equipo multiétnico...

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