Una nueva estrategia del Gobierno después del escándalo

Primero fue la euforia. Pero duró poco: hasta que se activaron los reflejos y el instinto del sector más político del oficialismo. La sensación mutó en alivio y en algunas horas se tradujo en reuniones en lo más alto del Gobierno, destinadas a diseñar una estrategia política para tratar de aprovechar el nuevo escenario que alumbran .El propio hizo llamadas celebratorias en las primeras horas de la mañana del miércoles pasado, apenas se conocieron las detenciones y los allanamientos pedidos por el fiscal y dispuestos por el juez , gracias al excepcional trabajo periodístico y compromiso cívico de . Sin embargo, un llamado a la moderación se impuso a las pocas horas en la Casa Rosada.Había motivos para el alivio: la explosiva noticia ganaba centralidad informativa y cambiaba una agenda adversa de ya más de tres meses, atravesada primero por las derivaciones que provocaron , luego por un terremoto y, finalmente, por los . Una sucesión de desatinos, impericias, infortunios, mala praxis y opacidades que venía golpeando la imagen de Macri, de su gobierno y de varias de las principales figuras del oficialismo.Nada de eso desapareció. La nueva e impúdica revelación del sistema ilegal de recaudación, financiamiento y enriquecimiento del kirchnerismo lo desplazó, pero no lo anula. Más aún, nadie puede prever ahora las consecuencias de este proto criollo, que, por primera vez, involucra de verdad a buena parte del establishment nacional hasta llevar a algunos de sus más conspicuos integrantes a la cárcel o a dejar a muchos más a tiro de orden de detención y que, incluso, ya tiene preso al principal ejecutivo de una empresa que fue de la familia Macri.Todo eso explica la cautela y la rápida puesta en acción a la que llamaron varios de los más experimentados políticos del macrismo puro, como , y (rescatados y recuperados para la mesa de decisiones), y hasta del núcleo duro de consejeros a los que más escucha el Presidente, como o .En términos políticos, lo que pasó la semana pasada modificó (sustancial, pero solo inicialmente) lo que parecía un tablero consolidado en el que el golpeado oficialismo y el cristinismo resiliente ocupaban la mayoría de los casilleros y así lo seguirían haciendo con pocas variaciones hasta , salvo nuevos eventos imprevistos, cada vez menos descartables. En el medio parecían quedar para el peronismo no kirchnerista algunas fichas que le permitirían seguir jugando, aunque con chances menguadas.Por eso, Macri y Peña escucharon y...

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