La nueva era de la cirugía: con menos riesgo y sin dolor

Hace menos de lo que podría suponerse, la cirugía llegaba a practicarse casi como un sacrificio ritual. Un médico alemán del siglo XVIII, por ejemplo, reconocía que para hacer una mastectomía, el cirujano debía "ser inquebrantable y no dejarse perturbar por los gritos de la paciente". Aún en los primeros años del siglo pasado muchos se consideraban afortunados si sus pacientes sobrevivían a la operación.Hoy, gracias a catéteres, imágenes de inédita precisión, tecnología 3D, nuevas anestesias y suturas, y videocámaras en miniatura se hacen por pequeños orificios o por los conductos naturales del organismo.Las técnicas mínimamente invasivas están transformando la cirugía: con frecuencia los pacientes vuelven a su casa el día de la operación o al día siguiente. Además, la recuperación es rápida y prácticamente no sienten dolor.Con esta nueva modalidad , se desobstruyen arterias, se extirpan vesículas, se hacen bypass gástricos y se corrigen problemas articulares. En suma, la cirugía de hoy difiere tanto de sus comienzos como lo haría una nave espacial de un carro de tracción animal.La angioplastia, procedimiento realizado al periodista Jorge Lanata hace sólo unos días para implantarle varios stents, es tal vez el ejemplo paradigmático de estas técnicas. A él, como a muchos miles de otros pacientes, bastó con practicarle una pequeña punción de alrededor de 1,7 mm en la arteria radial (en el antebrazo) introducir un catéter (un dispositivo tubular) también milimétrico, remontar la vía sanguínea hasta la obstrucción y desplegar allí el stent (pequeño tubito de metal o plástico que mantiene la "luz" de la arteria). Al no exigir grandes cortes, puede realizarse hasta en forma ambulatoria."Por una incisión cada vez más pequeña, se pueden solucionar problemas de complejidad creciente, desde patologías de los vasos sanguíneos, incluso intracerebrales (como esas dilataciones de las paredes de las arterias llamadas aneurismas), que se resuelven colocando coils (alambrecitos que producen coágulos y que hacen que el aneurisma se cierre). Antes, para tratar ese cuadro había que abrir el cráneo", explica el doctor Oscar Méndiz, jefe del Departamento de Cardiología Intervencionista de la Fundación Favaloro, que recientemente estuvo a cargo de la intervención de Lanata y poco antes fue uno de los médicos responsables de la salud de la Presidenta.Lo mismo ocurre con las lesiones en las arterias carótidas. "Hay discusiones sobre si la cirugía tradicional es mejor...

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