'Noté un papa viejito; casi no se le oía la voz'

Benedicto XVI inclinó apenas la espalda y tomó de las manos a Omar Viviani. Sonrió con amabilidad protocolar y con un http://www.lanacion.com.ar/1553818-el-papa-renuncio-por-falta-de-fuerzas-y-conmovio-al-mundo despidió al gremialista argentino, que asistió el miércoles pasado junto a una comitiva de la CGT a la última audiencia general del Papa antes de conocerse su dimisión."Crucé cinco palabras y casi no se le oía la voz. http://www.lanacion.com.ar/1553870-que-problemas-de-salud-tiene-benedicto-xvi, un hombre al que se le notaban el avance de los años y cierto desgaste. Estoy algo conmocionado con la noticia de la renuncia porque lo vimos hace muy poco y porque es algo histórico", relató ayer Viviani a LA NACION lo que fue su reciente visita al Vaticano junto con seis dirigentes del consejo directivo cegetista.Viviani mantiene aceitados vínculos y una vieja amistad con el cardenal argentino Leonardo Sandri, quien emerge hoy entre los posibles papableshttp://www.lanacion.com.ar/1553855-preguntas-y-respuestas-sobre-la-renuncia-del-papa después del 28 del actual. Por intermedio de Sandri, los sindicalistas accedieron a la audiencia en la Plaza San Pedro, la semana pasada."Sería un orgullo para todos los argentinos que somos católicos http://www.lanacion.com.ar/1553872-segun-las-casas-de-apuestas-sandri-tiene-mas-chances-de-ganar-que-bergoglio como el futuro papa. Pero eso no se sabe. Él está muy bien y está muy preparado. Tengo una relación estrechísima y de gran afecto", dijo Viviani sobre el sustituto de la Secretaría de Estado en tiempos de Juan Pablo II y actual prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.Desde bien temprano, Viviani cruzó ayer mensajes de texto con Sandri y otros amigos que tienen en común. En su teléfono, el referente gremial de los taxistas atesora en secreto más de un número del cardenal argentino. Tiene el número directo de la casa, el de la oficina y un celular. Hablan a menudo. Se conocieron hace años en una parroquia del barrio porteño de Boedo. Desde entonces, jamás pasaron 12 meses sin al menos un intercambio afectuoso de palabras.A fin de año, Sandri tuvo un paso fugaz por Buenos Aires. Fueron menos de tres días. Compartió un asado con un puñado de sindicalistas en la sede del Sindicato de Peones de Taxi, en la avenida La Plata. Durante el ágape, les confirmó que serían recibidos por el Papa el 6 de febrero, después de la audiencia...

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