Nostalgias del 49

La pulsión estatista que están demostrando muchos funcionarios del actual gobierno recuerda a la vieja Constitución pergeñada por PerónLa intervención en la empresa es apenas un lunar en la tela con la que buena parte del peronismo en el poder aspira a vestir este nuevo capítulo de su dudosa epopeya nacionalista, con la que procura maquillar la pretendida reedición épica del llamado a vivir con lo nuestro, de espaldas al mundo y a expensas de coartar derechos y conculcar libertades.No hace falta que explicite los argumentos. Los hechos hablan por sí mismos. En los últimos tiempos, muchas de las acciones del oficialismo muestran al Gobierno decididamente nostálgico de preceptos que habían sido consagrados en la Constitución de 1949, luego derogada.Durante su primera presidencia, impulsó una reforma constitucional cuyos ejes giraban en torno de la función social de la propiedad; de la estatización de los recursos naturales, el ahorro, la banca y el comercio exterior, y de la regulación del capital."Incumbe al Estado fiscalizar la distribución y utilización del campo o intervenir con el objeto de desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad", decía el artículo 38 de la Constitución sancionada en 1949 por una convención que, además, se excedió en sus atribuciones, tras haber forzado la mayoría requerida para la declaración de la necesidad de la reforma."El capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social", rezaba el artículo 39 de aquel texto legal que también aseguraba a Perón la posibilidad, no solo de volver a presentarse para su propia reelección, sino de poder hacerlo de manera indefinida."El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y monopolizar determinada actividad, en salvaguarda de los intereses generales y dentro de los límites fijados por los derechos fundamentales (...) Salvo la importación y exportación que estarán a cargo del Estado, de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada, siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios", decía el artículo 40, para agregar en otro tramo: "Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación. Los que se hallaran...

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