Entre la nostalgia y la insatisfacción

http://www.lanacion.com.ar/1634139-30-anos-de-democracia-revivi-la-historica-madrugadaen las elecciones que marcaron el final de la dictadura militar, nuestra sociedad celebró sólo tibiamente esta fecha. Prevalecieron otros motivos para festejar.http://www.lanacion.com.ar/1634057-el-aniversario-unio-a-toda-la-clase-politicalos resultados de las elecciones legislativas del 27 de octubre, en las que duplicó en votos al oficialismo. Después, el oficialismo se exaltó con su victoria judicial al obtener el visto bueno de la Corte Suprema respecto de la constitucionalidad de la ley de medios audiovisuales.Ya la enfermedad y el obligado retiro de la Presidenta, que no pudo participar en las últimas semanas de la campaña electoral, había complicado el panorama informativo. Súmense a esto las interminables noticias de policía, con violadores seriales, secuestros de niños y asesinatos de directores de hospital, para comprender por qué esa jornada de 1983 tuvo un lugar escaso, más bien protocolar, en los medios de difusión. Merecía un lugar mejor.¿Qué nos hubiera gustado ver? Quizá un acto masivo, una fiesta, en el que participaran Gobierno y oposición, y en el que la población estuviera presente gracias a la invitación de ambas partes. Una reunión, tal vez, que mostrara a ex presidentes y líderes de todos los partidos políticos junto a nuestros intelectuales, a nuestros sindicalistas, a nuestros hombres de empresa, en el momento de comprometerse, otra vez, en el sostenimiento de la democracia, el respeto a la ley y la división de poderes.Era una buena ocasión, por ejemplo, para que la cúpula oficialista tributara un homenaje al sepulcro de Raúl Alfonsín, mientras los jefes opositores se trasladaban a Olivos y saludaban a la Presidenta, aunque fuera fugaz y formalmente. Acciones puramente simbólicas, se dirá, pero que significan un mutuo reconocimiento, y cuya absoluta ausencia representa lo contrario: el desprecio por el otro, cuando no una torva actitud de enfrentamiento.La memoria nos transporta treinta años atrás. Estábamos saliendo, malamente golpeados, de una cruel dictadura. Sin embargo, teníamos clavada la vista en el futuro, con una esperanza agrandada por la escasez y el deseo. Como muchos otros, opté entonces por la militancia política partidaria. Lo hice por primera vez en mi vida, junto a mi trabajo de escritor y periodista. Acompañamos a Raúl Alfonsín, en un amplio grupo de más de un centenar de mujeres y hombres de la cultura, que aportaron ideas y...

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