El nombre del sucesor, todo un mensaje

MILÁN.- El cónclave todavía no empezó, pero ya plantea un interrogante: ¿qué nombre elegirá el próximo papa? Evaluemos las alternativas, tomando en cuenta los últimos dos siglos, comenzando por el nombre del renunciante.Si el futuro sucesor de Pedro se llama Benedicto XVII, es inevitable deducir una continuidad con los ocho años del pontificado de Ratzinger, tal vez para concluir con los proyectos ya iniciados o incluso con la reforma de la curia romana, pero sea como fuere no sería una revolución.Otro nombre que sigue vivo en el recuerdo de muchos es el de Juan Pablo. Y si el primero reinó durante poco más de un mes, el segundo lo hizo por casi 27 años. Entre otras cosas, durante el pontificado de Juan Pablo II se produjeron la caída del socialismo real y la revolución de las comunicaciones: en ambos casos, el pontífice polaco fue protagonista.¿Y Pablo VII? El papa Montini, o sea Pablo VI, eligió ese nombre porque sugería una gran apertura apostólica. Cultísimo y profundo, fue el papa que les habló directamente a las Brigadas Rojas durante los días del secuestro de Aldo Moro, fue el papa que concluyó el Concilio y gobernó la Iglesia durante los cambios de época de la década de 1960. Pablo VII no sería un nombre fácil de llevar. En él podría inspirarse un sucesor que crea que la cultura es el punto fuerte del futuro de la fe. ¿Sería posible en un mundo en el que la economía es considerada la única cultura? Para la gente, Juan XXIII (1958-63) sigue siendo el papa del Concilio Vaticano...

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