Nociones analíticas sobre las leyes del aprendizaje (social o desviado)

AutorOsvaldo N. Tieghi
Tieghi, Nociones analíticas sobre las leyes del aprendizaje (social o desviado)
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Nociones analíticas sobre las leyes del aprendizaje
(social o desviado)*
Por Osvaldo N. Tieghi
El aprendizaje –que inicialmente va a modelar y moldear la conducta (social o
desviada) de los niños y de los jóvenes– suele ser, en general y analíticamente, cla-
sificado por los investigadores como individual y sociocultural; ambos, a su vez,
pueden ser de orden operante y/o respondiente1.
La agrupación precedente es susceptible, a su vez, de otro ajuste o sistemati-
zación. Así, es posible distinguir entre un aprendizaje individual, de carácter respon-
diente y otro de tipo operante. Del mismo modo, el aprendizaje sociocultural puede
ser de índole respondiente y/o de patrón operante.
Además de lo dicho, debe diferenciarse entre el refuerzo positivo y el negativo,
que conducen a instalar, fortalecer, extinguir o evitar, uno u otro modelo o pauta de
aprendizaje; puede finalmente, este último resultar de la simple experiencia (indivi-
dual o sociocultural), por vía del primer sistema de señales (como ocurre cuando el
niño aprende que el fuego quema sus manos) o por vía del segundo sistema (como
acaece cuando la madre le indica verbalmente que aquello ocurrirá si acerca él allí
las extremidades de sus antebrazos).
En la conducta humana cotidiana, el aprendizaje respondiente-operante tiene
un carácter cognitivo articulado y comprende, a un tiempo, tanto la observación de la
conducta ajena (aprendizaje individual por imitación), como las indicaciones de los
padres, maestros y sujetos en interacción (aprendizaje sociocultural de tipo respon-
diente y por vía del segundo sistema de señales), esto es, lo que realmente ejempli-
fican los mayores (aprendizaje sociocultural clásico). Este suele incluir, a su vez, al
primero y al segundo sistema de señales. Por último, todo aprendizaje (clásico o
respondiente: educativo u observacional) resulta contrastado (reforzándose o no)
según cuáles sean los efectos reales que produce –finalmente– la propia conducta
emitida ante los demás (aprendizaje operante).
Lo expuesto permite formular que cuando el niño o el joven comienzan a inter-
actuar secuencialmente con su medio (una vez concluida la dinamogénesis embrio-
naria) –según la programación filogenética– reciben de él una completa información
acerca de las metas (aprobadas y desaprobadas) y de los modos (estimados y des-
preciados) de consecución de aquéllas, lo cual procesan por medio de los dispositi-
vos anátomo-funcionales heredados.
Las posibilidades de desarrollo del procesamiento –a su vez– se van modifi-
cando gradualmente, esto es, según las secuencias ontogenéticas que van dando
* Extraído del artículo publicado en la revista electrónica “Archivos de Criminología, Criminalís-
tica y Seguridad Privada”, México, editada por la Sociedad Mexicana de Criminología Capítulo Nuevo
León A.C. (www.somecrimnl.es.tl). Bibliografía recomendada.
1 Sobre el aprendizaje individual y sociocultural, en relación con las especies, ver, entre otras
obras de nuestra autoría, La conducta criminal, Bs. As., Ábaco, 1978; Tratado de criminología, Bs.
As., Universidad, 2004, y Criminalidad. Ciencia, filosofía y prevención, Bs. As., Universidad, 2004.

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