En la noche, pero también en la playa

MAR DEL PLATA.- La caravana camina a paso lento, ya sobre la arena húmeda, y con esfuerzos compartidos para cargar la heladera portátil que garantiza reservas hasta el atardecer. Llegar a destino merece un refresco y alternativas no faltan: hay vodka, gin, vinos saborizados, algún champagne y, siempre en varias dosis, bebida energizante.Las latitas se convirtieron en un compañero incondicional de las bebidas alcohólicas, en especial aquellas blancas que con estos agregados ganan dulzura, cuerpo y, sobre todo, cada vez más adeptos. Parecen tan imprescindibles como el hielo.En los mercados las compran a seis pesos y en los boliches pueden costar entre 15 y 20 pesos, según la marca que se elija.Asoman en las playas y, por supuesto, en las barras de los locales nocturnos. Según consultas realizadas por La Nacion en bares de la zona de Alem, la favorita de los jóvenes, uno de cada cinco tragos sale matizado por dosis de energizantes."El vodka, que sólo es muy duro y a veces pega mal, combinado con un Speed pasa como si fuera un jugo", cuenta Dalila, que marcha con su vaso en una mano y la lata de energizante en la otra.Furor en las barrasEn las barras aseguran que estas bebidas tuvieron su primer momento de furor hace cuatro o cinco años y que se ganaron un buen mercado. Alguna marca, en aquellas épocas, acompañó su presentación en sociedad con promotoras que durante la temporada hacían shows subidos de tono en las discotecas.Hoy están más presentes desde la cartelería, como sponsor de alguna fiesta y en varias promociones o "happy hours" durante las cuales se ofrecen...

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