Que no le vengan con cuentos: el Wi-Fi no es peligroso

Los científicos llevan décadas analizando los niveles de radiaciones no ionizantes, incluye otras como los infrarrojos, la luz visible y la radiación ultravioleta

En casa, en el trabajo, por la calle. Cuando nuestro móvil busca las redes wi-fi disponibles aparece un listado casi interminable con las redes de los vecinos, la oficina, la empresa de al lado y los comercios cercanos.

Es posible que caiga ahora en la cuenta de las decenas de antenas, fuentes de radiación, que nos rodean e irradian cada día. Y no solo wi-fi: también antenas de telefonía , los propios teléfonos móviles , asistentes virtuales y decenas de dispositivos bluetooth como relojes inteligentes, altavoces inalámbricos y un largo etcétera.

¿Debemos estar preocupados por sus posibles efectos sobre la salud?

Medir la radiación Wi-Fi

Son numerosos los estudios que han evaluado la cantidad de radiación a la que estamos expuestos en nuestras casas, en nuestro trabajo, en medios de transporte, en los comercios. En definitiva, en nuestro día a día.

Para ello, los científicos disponemos de unos aparatos llamados exposímetros . Son pequeños, muy sensibles, extremadamente precisos y muy caros, y nos permiten realizar medidas cada pocos segundos durante incluso días y semanas.

Así podemos recopilar toda la información de radiación y, además, nos permiten saber de dónde procede: del wi-fi , del teléfono móvil , de la antena , del teléfono inalámbrico . Sin olvidar la emisora de radio FM y de TV , que también emiten radiación.

Los científicos somos muy desconfiados y tiquismiquis. Queremos que las cosas se hagan muy bien para garantizar que las evidencias ni engañan a nuestros sentidos ni están condicionadas por nada. Queremos que nuestras observaciones no se confirmen con un único estudio aislado y por eso intentamos reproducir estudios en diferentes condiciones y lugares.

Así, para conocer la exposición personal de la población a la radiación no podemos quedarnos con un único estudio. Además, disponemos de herramientas que nos permiten comparar estudios y sacar conclusiones mucho más robustas: son las revisiones sistemáticas y los metaanálisis. Estos estudios de estudios deben cumplir con unos criterios muy estrictos para que sean publicados. La información que proporcionan, al basarse en, generalmente, muchos estudios, será muy importante para entender lo que está pasando.

En los últimos años muchos científicos hemos realizado estudios para evaluar la exposición personal a estos...

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