¿Hay o no hay trabajo en la Argentina? La respuesta de 10 expertos y una ecuación que no cierra

Por un lado, hay empresas que no logran contratar a los trabajadores que necesitan y, por otro, personas que cobran desde hace muchos años planes provistos por el Estado y que temen perder esa fuente de ingresos si aceptan algún puesto, dada la inestabilidad que puede tener el mercado de trabajo; además, el dinero de esas asignaciones sociales es muchas veces complementado con lo que se obtiene por changas en la economía informal. Dada esa situación, los salarios de los empleos registrados, en general y según lo que muchos perciben, no compensan el costo de "pegar el salto", y eso provoca que no se salga a buscar un trabajo declarado .

Ampliar la actividad de una pyme no vale la pena, afirman no pocos empresarios, por los riesgos de que el negocio no funcione tan bien como se espera y de que, entonces, los empleados contratados hagan un juicio si hay que desvincularlos. Los costos laborales no salariales son altos y, entonces, a la vez que hay disconformidad de los trabajadores por el sueldo recibido en mano, existe también la percepción, por parte de los empleadores, de que se hace un esfuerzo grande...

Las frases de los dos primeros párrafos de esta nota reflejan solo algunos de los problemas que enfrenta, según diferentes actores del mundo del trabajo, una economía en crisis.

El mercado laboral está en tensión. Los planes de asistencia intentan compensar la falta de ingresos de muchas personas, mientras se aplican impuestos y cargas que se consideran agobiantes a la población que trabaja "en blanco". Se suman el desorden macroeconómico y algunas rígidas reglas laborales que no contribuyen a la creación de empleo, según la advertencia de varios especialistas. Se trata de un sistema que, desde un análisis de largo plazo, se concluye que no funciona y que, sin embargo, no se modifica . Los expertos concuerdan en que es necesario mover el péndulo hacia una relación sana y productiva en el mundo del trabajo. Hoy, un plan más un trabajo no registrado o algunas changas pueden rendir más, en términos de ingresos, que un trabajo formal.

La ecuación ingresos-egresos no da en la Argentina. En parte porque, según datos recopilados por la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados (OJF y Asociados), hay 18.866.690 personas que cobran una asignación del Estado, si se consideran los chicos alcanzados por la AUH y por las asignaciones familiares, las prestaciones por desempleo y las jubilaciones y pensiones. En 2001 eran 5.541.930. Solo los programas de asistencia al trabajador (grupo del que hoy es parte el Potenciar Trabajo) aumentaron de 122.606 que había en 2015 a 1.551.114 en la actualidad.

Desde el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) señalan que, aun tomando como fuentes de información datos oficiales, "cuantificar los planes sociales es difícil en Argentina". Y explican: "Hay muchos microprogramas a nivel nacional y diferentes programas provinciales, y ni siquiera nos ponemos de acuerdo en qué es un plan social. En este sentido, lo que suele llamarse "plan social" es el Potenciar Trabajo; en cambio, a la AUH y a la Tarjeta Alimentar no se las suele ubicar bajo ese rótulo, sino bajo el de asignaciones".

La Asignación Universal por Hijo, según datos de agosto, llega a 4.327.538 chicos; el programa Alimentar, de acuerdo a cifras de abril último alcanzan a 4.178.812 personas y el plan Potenciar Trabajo tiene 1,3 millones de titulares. De todas maneras, muchas veces los datos sobre la cantidad de titulares no están o no están actualizados, advierten en el mencionado centro de investigaciones.

Los últimos informes del Ministerio de Trabajo muestran que el número de empleos asalariados del sector privado registrado llegó a los niveles de la prepandemia: son 6.207.000 trabajadores en esa condición, mientras que antes de la irrupción del Covid-19 eran, 6.195.000. Sin embargo, la cantidad de personas en este tipo de relación laboral está estancada si se mira el mediano plazo: desde 2012 creció solo un 2%.

A su vez, el número de puestos de empleo público creció en los últimos 10 años de 2.637.000 a 3.383.000, aunque consultoras privadas estiman que es más alto (en OJF, por ejemplo, calculan que son 3.655.000).

Una manera de ver el estancamiento del mercado en el sector privado es observar que por cada 100 asalariados privados registrados que había en 2012, diez años después hay solo 102, a pesar de que cada año ingresan muchas más personas al mercado de trabajo. Siguiendo con este esquema de comparación, por cada 100 ocupados que había una década atrás en el sector público, hay ahora 133; a la vez, se pasó de 100 a 121 en el empleo en casas particulares. Y, siempre por cada 100 que había en 2012, hay ahora 95 autónomos (contribuyentes que pagan IVA), 143 monotributistas y 300 monotributistas sociales. Este es el panorama del trabajo que surge de un análisis de los números de Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

Con estos números, es fácil "spoilear" el resultado de la nota, que se propuso obtener la opinión de diez expertos en materia laboral: hay trabajo -de hecho la actual tasa de desocupación está en 6,9% de la población activa-, pero la calidad de los puestos sufrió, en el promedio, un notable deterioro.

Hace 10 años que las empresas privadas no amplían su nómina, en términos agregados . El mercado laboral privado y formal se fue haciendo más difícil, sobre todo por el miedo a los juicos laborales que tienen las pymes...

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