No todo es lucha por el poder en la política

Mauricio Macri anuncia que no será candidato en las elecciones, el domingo

Han andado por la vida en veredas opuestas. Pero, ya avanzado el viaje, una sabiduría en sabia clave menor los ha hecho encontrarse en las cosas que verdaderamente importan. Uno vivió entre libros, en el mundo del periodismo y la política, con intereses paralelos en el fútbol, el arte y la historia, mientras el otro se define como "un campesino medio urbano de chacra chica" con vocación por la tierra; uno cree en las formas y el otro se ha encargado, sin el ánimo banal de transgredir, de relativizarlas con gestos espontáneos; uno es traje bien cortado y el otro, camisa leñadora. Uno liberal, el otro socialista. Ambos tienen más de 80 años y fueron presidentes de Uruguay, pero no es esto lo que los iguala. Acaso sea, más bien, una cuestión de estilo definida por el carácter. Ellos lo llaman sobriedad .

"Para mí, la sobriedad es una forma de vivir, es una pelea por sostener un amplio margen de libertad. Porque si dejo que se multipliquen las necesidades al infinito, tengo que vivir para cubrir las necesidades y no me queda tiempo para hacer las cosas que a mí me motivan", dice José Mujica . Del otro lado de la mesa, Julio María Sanguinetti responde así: "Sellando las palabras de Pepe, yo no me considero austero, pero sí sobrio también. Nosotros nunca tuvimos casa en la playa, en la época en que todos los muchachos compraban un terreno en El Pinar o Punta del Este, que eran baratos. Siempre todo lo metimos adentro de la casa, porque nuestra vida eran los libros y los cuadros".

Leído desde esta orilla del río, el diálogo entre estos dos curtidos lobos de la política uruguaya despierta esa inexplicable nostalgia que a veces se siente por aquello que nunca se tuvo . En el libro El horizonte. Conversaciones sin ruido entre Sanguinetti y Mujica , de los periodistas Alejandro Ferreiro y Gabriel Pereyra, recién publicado, hay anécdotas personales y reflexiones que van de la política a la religión o de la tecnología al amor. Sin embargo, lo que resulta irresistible es el tono del ida y vuelta entre estos viejos adversarios, el espacio que ambos le conceden a la duda, la forma en que se escuchan y piensan juntos. Todo lo que acaso explique en parte el presente de Uruguay, un país igualitario y de una calidad institucional envidiable, con ciudadanos que valoran la democracia que tienen. Tan cerca de nosotros y sin embargo tan lejos.

Sanguinetti y Mujica son la contracara del...

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