¿Por qué no reaccionamos ante la crisis medioambiental?

Abisko es el lugar más idóneo del mundo para ver las auroras boreales. Unos 200 km al norte del Círculo Polar Ártico, este paraje de la Laponia sueca cuenta con un lago, el , que se congela buena parte del año y permite adentrarse en él. En busca de esa foto, tiempo atrás tomé un tren desde Estocolmo hasta Abisko. "Es imposible que el hielo se rompa", me aseguraron los lugareños. Emprendí la caminata glacial hasta que el frío me hizo volver. No conseguí la foto, pero tampoco volvería a intentarlo porque lo imposible ya está sucediendo: esta semana se registraron temperaturas récord de 38° en el Círculo Polar Ártico.En una de las regiones más frías del planeta, el calentamiento global está golpeando con fuerza, con incrementos de temperatura que duplican la media mundial y una reducción del 50 % en su volumen del hielo en los últimos 4 años.A diferencia de las esquivas auroras boreales, el cambio climático es un hecho cada vez más evidente. Durante la última década se hilvanaron una serie sin precedentes de catástrofes naturales en todo el mundo con el aumento de solo un grado de temperatura con respecto a los niveles preindustriales. Las proyecciones de los científicos advierten que, de no hacer algo al respecto, las consecuencias serán devastadoras e irreversibles para la vida tal como la conocemos. Sin embargo, no parecemos reaccionar colectivamente de forma proporcional a la amenaza que nos acecha. Por eso en tiempos de pandemia, bien vale la pregunta: ¿Por qué no tomamos consciencia de la gravedad de la emergencia climática? ¿Qué nos pasa que no actuamos para evitar la peor crisis que le haya tocado enfrentar a la humanidad?El profesor Robert Gifford, de la Universidad de Victoria, en Canadá, tiene una respuesta. Este experto en el floreciente campo de la psicología ambiental asegura que nos creamos trampas mentales para justificar nuestra inacción climática. Esto explica por qué a pesar de que reconocemos que hay un serio problema no actuamos en consecuencia."Las personas apelan a ciertas trampas como una manera de evitar implicarse en comportamientos y estilos de vida que favorezcan estrategias para hacer frente al cambio climático", explica la Gabriela Cassullo, psicóloga y miembro del Programa Interdisciplinario de la UBA sobre Cambio Climático. Y agrega: "Estos autoengaños se convierten en una barrera psicológica".Una de estas trampas mentales es cognitiva. Gifford afirma que desde los neandertales a hoy nuestro cerebro no...

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