No les gusta la democracia cuando pierden

Emilio Pérsico en el acto de la militancia llevado a cabo en el club Nueva Chicago

El kirchnerismo padece los límites democráticos. Pasarían esa frontera arando si la policía aduanera no los frenara. Si pudieran, correrían las vallas de la democracia, lo que incluye al Poder Judicial , varios kilómetros. Se relamen con la idea de cambiar algunas reglas del juego.

Esto no es nuevo. Han pensado innúmeras estrategias para sortear las normas y pechear a quienes tienen enfrente.

Los procesos preelectorales siempre los mostraron mesurados, marketineando modos sobrios y jugando al consenso. Ese mismo consenso se evapora dos días después: muere sin siquiera haber existido.

El último escrutinio les jugó una mala pasada. Ahora tienen una doble tarea: seducir a los indecisos y estimular a los cercanos que eligieron no ir a votar. Y no fueron porque la parca económica se los llevó puesto y están un poco hartos de pagar el pato de una fiesta a la que ni siquiera los dejan entrar.

Buena parte de los sectores más pobres , están dispuestos a relegar su futuro pero no el de sus hijos y sus nietos. El kirchnerismo subestima y subestimó muchas veces esto: la idea de futuro. Conjugan un modo verbal donde todo es un presente imperfecto: planes y más planes para el hoy.

El cierre de las escuelas indignó a muchas familias y les fagocitó votos porque esas familias están interesadas en construir un futuro pluscuamperfecto, del que estamos aún muy lejos.

El espectáculo de este buque que es la Argentina naufragando sin capitán es lamentable, especialmente porque cuando uno lo ve desde la borda, dan ganas de saltar. No pocos jóvenes ya lo hicieron, de hecho. Migrantes de la desesperanza.

Alberto Fernández , que hasta ahora se mostraba en la ciudad de Buenos Aires o en provincias prósperas como Formosa , se ha volcado famélico de abrazos a la cercanía de los sectores pobres del conurbano. Como si la derrota electoral le hubiera susurrado que los pobres existen.

El presidente Alberto Fernández durante una recorrida por Dock Sud

El kirchnerismo ha tenido como táctica habitual enviar a personajes de su periferia -pero con capacidades ignífugas innegables para el estruendo mediático- a decir barbaridades que parecen inorgánicas pero no lo son tanto. Los Luis D’Elía , esos jugadores del ring raje de las declaraciones picantes. Sujetos que tiran el primer fósforo y ven si el mensaje prende.

Esta semana fue el turno de Emilio Pérsico. El nieto de los creadores de la...

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