De no creer. Por favor, que los errores no vengan todos juntos

El deber de un periodista, se sabe, es estar puntillosamente atento al devenir cotidiano. Yo, como obrero del teclado, sigo los acontecimientos y voy tomando notas. OK, ese es mi trabajo. Pero desde este humilde espacio elevo mi reclamo al gobierno de Alberto Fernández de Kirchner: paren la mano; sí, paren de hacer y decir cosas raras, dejen de sorprendernos todos los días, porque no hay forma de seguirlos y, menos, darles el espacio que se merecen. Les sugiero que se vayan turnando, que no compitan entre ustedes. Si en una misma semana se juntan, por ejemplo, acciones o declaraciones de Alberto, Vizzotti, Grabois, Felipe Solá, Rosario Lufrano; este chico Bianco, jefe de Gabinete de Kichi, y esta chica Vallejos, jefa de Gabinete de los lanceros de Cristina, la imagen de gobierno de científicos tiende a diluirse.

La participación en esa agenda del querido profesor es permanente y no cabe que otros pugnen por desplazarlo. El miércoles habló por videoconferencia con Angela Merkel, a la que le pidió apoyo en las gestiones ante el FMI y el Club de París; ella respondió que se va a encargar personalmente de poner patas para arriba a esos dos brazos opresores del capitalismo. Según la información oficial, también le comentó a la canciller alemana "los avances en el país del plan de vacunación"; este tramo de la charla llevó minuto y medio. Una lástima: no habrá podido contarle que por la falta de vacunas están muriendo 15.000 personas por mes, que se contagian 30.000 por día, que el sistema de salud colapsó y que una chica de 22 años empezó la agonía que la llevaría a la muerte tirada en el piso de un hospital. Las videoconferencias tienen ese problema: son tiranas con el tiempo.

Qué mejor que destacar la gran campaña inmunizadora del Gobierno en la fecha patria del 25 de Mayo. Ese día, al anunciar pomposamente que llegarán al país 800.000 dosis de AstraZeneca, Alberto dijo: "Un 25 de mayo el país decidió comenzar un gobierno propio, para luego, en 1816, declarar la independencia […]. Yo creo que con este anuncio estamos siendo más independientes". Como se necesitan al menos 50 millones de dosis, cuando lleguen las 800.000 seremos un 1,6% más independientes. Tremenda epopeya emancipadora. La picardía es no ganar independencia de Hugo Sigman, proveedor oficial del kirchnerismo, que había prometido 22,4 millones de AstraZeneca (en su mayor parte, ya pagadas) y apenas nos adelanta, o nos retrasa, estas 800.000. Don Hugo dejó de estar en su palacete...

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