'No conocés Helueni, no conocés el Once'. El local de comida judía donde compraba Tato Bores y Moldavsky llama 'su lugar en el mundo'

Helueni, comidas árabes y judías

Son las tres de la tarde de un miércoles primaveral y en la puerta de un histórico local ubicado en la concurrida Avenida Córdoba al 2495, en el barrio de Balvanera, se ha formado una larga fila. "¿Quién sigue? ¿Estás atendido?", consulta Jaco, mientras envuelve un pedido con media docena de Lajmayín (empanadas circulares abiertas de carne). Gabriel, un habitué de la casa, le encarga para el almuerzo en la oficina dos boios de verdura y un par de quipes. "Los llevo calentitos maestro" , expresa. Enseguida, le preparan el pedido.

En las fiestas judías el trabajo es arduo y suele haber colas de media cuadra

De un elevador montaplatos (que se convirtió en marca registrada del lugar) descienden bandejas repletas de falafel y kniches de papa recién preparados. De fondo suena el teléfono (una y otra vez). "Helueni", responde Moises y toma nota de varios de los pedidos especiales para Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), que se celebrará pronto. "Hace semanas que estamos elaborando mercadería para la fecha. Es impresionante lo que se trabaja para las Fiestas: diez veces más que un día común. Hay mucha concurrencia. Nos volvemos locos", afirma, entre risas, Don Alberto Helueni, detrás del mostrador. Incluso, cuenta que los días previos suelen armarse en la entrada de su negocio colas (de más de media cuadra) para retirar las especialidades. "Son un clásico del barrio. Cuando era chiquito con mi padre veníamos los domingos a buscar el almuerzo familiar. Ahora sigo la costumbre con mis hijos", confiesa Edgardo, mientras saborea una fatay sentado en la barra. De postre, se tentó con un bombón con nueces y dulce de damasco. Como él son varios los que hace más de medio siglo visitan este clásico de la zona del Once.

Helueni, es un clásico y lleva generaciones en Once

"Mi abuelo, al ver que el país era próspero incentivó al resto"

Mientras acomoda los estantes con variedad de especias, Alberto cuenta que "Helu", significa dulce en árabe y "Eni", ojos. "Nuestro apellido, en realidad, es Mansura, pero cuando mi abuelo llegó a Buenos Aires y pasó por migraciones lo inscribieron así. Él no sabía hablar español y les intentó explicar a los oficiales de inmigración sobre su oficio en Alepo, Siria, diciendo: "hago dulces para los ojos". Desde entonces somos Helueni", relata. Su abuelo, Don Abraham, nació en el seno de una familia numerosa (siete hermanos) y a principios del siglo XX emigraron a "La América". Trajeron bajo el brazo la...

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