Nicolás Trotta, el ministro que camina en círculos

Nicolás Trotta, el ministro de Educación de la Nación, es el mejor alumno del presidente de la República. Es un "albertista" de pura cepa que, como tal, fluctúa entre posturas oscilantes, inspiradas en la filosofía marxista (de Groucho: "Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros").Durante 2020, por momentos alentaba el regreso a las aulas pero, por acción u omisión, siempre terminaba pegado a la postura de los gremios docentes más recalcitrantes, que, si por ellos fuera, nunca más habrían vuelto a la normalidad desde marzo de 2020. Así, la Argentina integra el cuadro de deshonor entre el escaso 10% de países en el mundo que más tiempo mantuvo inactivas las aulas.En agosto del año pasado, el gobierno porteño le presentó a Trotta un protocolo para que, al menos, 6500 chicos de la ciudad pertenecientes a los sectores más carenciados recuperaran cierta presencialidad ya que por falta de dispositivos y conectividad habían quedado sin cobertura educativa de ningún tipo. El ministro, vía Zoom, se encolumnó con los sindicatos docentes al rotular a la administración de CABA como "ellos", marcando que él prefería ubicarse en la vereda de enfrente.Meses más tarde, sin embargo y enhorabuena, Trotta se volvió un militante de la vuelta a clases, al igual que su jefe, Alberto Fernández.Después de distribuir una encuesta nacional en la que se demostraba la escasa incidencia del virus en los establecimientos educativos, el 14 de abril último, a las 10.35, Trotta escribió un tuit que decía: "La escuela es central para poder transitar este momento de dificultad… las restricciones no pueden empezar por la escuela cuando la evidencia demuestra que son espacios seguros y necesarios para acompañar a nuestras niñas/os" (la concordancia entre "nuestras" y "niños" te la debo, todo sea por el bendito lenguaje inclusivo, una de las banderas prioritarias del gobierno que integra). Pocas horas más tarde quedó descolocado cuando el Presidente comunicó su decisión de cerrar los colegios del AMBA por dos semanas.Las escuelas porteñas se mantuvieron abiertas igual en un 97% con gran asistencia de alumnos y docentes (a pesar de los paros a repetición dispuestos por los sindicatos minoritarios, que no se quieren exponer a dar clases por el virus, pero que no tienen inconvenientes en salir a patrullar establecimientos en el conurbano para que el DNU presidencial se...

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