Newell's y San Lorenzo dejaron todo como estaba

ROSARIO.- Era, en teoría, el partido del campeonato. Lo fue por momentos. De a ratos. Cada uno con su estilo, cada uno con su marca registrada, con la audacia como sello distintivo. Al final, firmaron el empate. Newell's, el puntero, y San Lorenzo, el perseguidor, igualaron 1-1 y todo quedó igual en las alturas. Eso sí: le abrieron el juego a Arsenal, Boca y todos los demás.La primera parte tuvo una contracara evidente: Newell's dispuso del control del balón, aunque su poderío lejos estuvo del área adversaria, y San Lorenzo, más vertical y vertiginoso, quedó a tiro de Guzmán en más de una ocasión. Al equipo rosarino, de a poco, le encuentran la vuelta: su sana intención de adueñarse del desarrollo con el toque como estandarte y la sorpresa como bandera, suele imponerse en escena, pero ya le olfatean las heridas. Juega regular, bien o muy bien: hace tiempo que abandonó la excelencia, más allá de su generosidad.Su oponente, otro buen equipo, arriesgó algo más. Más punzante, más peligroso, evitó la zona comprometida del mediocampo, desnudó a Bernardi, el motor del círculo central, y exhibió su fortaleza mayor en los metros finales. Guzmán resultó otro gran escollo.Hubo varios focos dentro de un mismo espectáculo. Primero, Silvio Trucco debió expulsar a Cáceres, por una infracción violenta a Piatti; sin embargo, apenas recibió una tarjeta amarilla. El mismo defensor envió el centro preciso para una genial palomita de Trezeguet, que abrió el marcador con estilo, como señala su estirpe. Newell's ganaba, aunque no convencía, ya sin Figueroa (desgarrado, en teoría), reemplazado por Tonso.Reaccionó San Lorenzo, pero se cubrió de tarjetas: Kannemann y Buffarini, dos de los cuatro defensores, llegaron a la quinta amarilla y no jugarán contra Belgrano, el próximo desafío. Fue al frente, como siempre, con ímpetu y tuvo su premio: Correa, de izquierda a derecha; Villalba, cabezazo desde la banda hacia el centro. Y la viveza de Piatti que, como un falso 9, con alma y vida, marcó el 1-1.Se hizo más intenso. Más peleado, más trabado, con los nervios por sobre las habilidades. Con la cabeza atrapada en todo...