Muerto el nestorismo, vida eterna al cristinismo

Carlos Pagni, columnista de este diario y, como todos saben, un hombre que no comulga con el pensamiento nacional y popular, escribió anteayer, a propósito del último discurso de nuestra Presidenta, que ha llegado el fin del nestorismo. Mi respuesta a Pagni, con todo respeto, es ésta: ja, ja, ja... chocolate por la noticia. Enterate, Pagni: no sólo el nestorismo ha concluido. En la increíble dinámica que le está dando la señora a su gobierno, ya nada es lo que era. Enterate: sólo el cristinismo ha quedado en pie.Repasemos. A De Vido, quintaesencia de la doctrina nestoriana, le sacaron la Secretaría de Transporte (quiero decir: le sacaron la distribución de 20.000 millones de pesos en subsidios); lo sacaron de YPF, le sacaron la relación con los empresarios y con los gremios, y en cualquier momento le sacan el auto, el chofer y el celular. Como es lógico, él está sacado. El devidismo ha muerto y no descansa en paz.Aníbal Fernández, hasta hace una semana nuestro principal vocero en la cuestión del dólar, el miércoles fue ridiculizado en público por la señora, que le ordenó pesificarse y lo puso en penitencia con el bonete en la cabeza. Todos saben la debilidad que yo tengo por Aníbal (de hecho, ha desmentido por lo menos dos veces informaciones publicadas en esta columna, tratándome de fabulador y mentiroso, y jamás se me ocurrió recurrir a la Justicia), pero ahora debo reconocer que está en serios problemas. Si un enemigo tiene Aníbal en el gabinete, ése es Randazzo, y la señora le pidió precisamente a Randazzo que lo desautorizara. Al Flaco se le fue un poco la mano y casi lo equiparó con un ladrón de estéreos. Resumiendo: Aníbal se quedó sin voz para ser vocero, sin respaldo, sin dólares y sin estéreo. Está en un rincón, en silencio, castigado y con un bonete que le cuelga. Duro golpe para la democracia y la filosofía política: ha muerto el anibalismo.La señora decidió convertir en pesos sus tres millones de dólares. En este caso, muchos estarán pensando que es el fin del maximismo (por si no se entiende: el fin de la doctrina de su hijo Máximo, de que no hay mejor refugio que el dólar). Se equivocan. Máximo, aunque no compartió la decisión de su madre, rápidamente se va a poner en contacto con alguna cueva para vender esos tres palos en el mercado paralelo. Con semejante masa de dólares volcada de un saque, la cotización del blue se va a ir al piso, y entonces Máximo volverá a comprar, haciendo una diferencia extraordinaria. ¡Qué jugador! Aun así, que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR