Néstor Girolami: 'Este título no es una revancha para mí'

POTRERO DE LOS FUNES, San Luis.– "Para Guido, este título es para él, que siempre me acompañó, siempre. Para él y para mi familia", fue lo primero que dijo Néstor Girolami al bajarse del Peugeot 408. La espuma blanca de los corsos pintaba su automóvil como parte de los festejos de su equipo. La algarabía invadía los boxes del circuito de Potrero de los Funes, donde Bebu se coronó campeón del Súper TC 2000, al llegar cuarto en la última fecha de la temporada, ganada por Facundo Ardusso (Fiat).

Vaya si es especial este título para Girolami. Este piloto que recibió toda la confianza de Peugeot y al que le "cayó" como compañero de equipo Agustín Canapino, con quien no se lleva nada bien. Además, el flamante monarca, de 25 años, nacido en Isla Verde, Córdoba, está vedado en el Turismo Carretera y en el ambiente aún carga con la pesada mochila de haber participado en aquel accidente que derivó en la muerte de Guido Falaschi, en Balcarce, en 2011.

"Fue una carrera que disputé con muchos nervios. Fue muy larga y si bien los puntos me otorgaban cierto margen para manejarme, siempre pueden aparecer problemas imprevistos. Por eso no me opuse cuando me pasaron, yo corrí para llegar", confesó el piloto de Peugeot.

—Tu campaña parecía que se encaminaba a otra categoría y sin embargo el destino te llevó a lograr este título en el Súper TC 2000. ¿Imaginabas este presente?

—Es muy raro. De muy chiquito soñaba con un momento como éste. Siempre quise ser campeón argentino. Y finalmente llegó, con un equipo oficial como el de Peugeot, en una categoría tan profesional… Yo comencé el TC 2000 cuando podía hacer el TC Pista. Pero mi objetivo era poder ser piloto de un team oficial. Lo logré en 2009 y ahora, en mi tercer año en Peugeot, pude coronarme.

—¿Cuál fue la clave del título?

—Yo tuve más de 16 puntos de promedio. Tuve una gran regularidad, sumé en todas las carreras. Fui muy contundente, por un auto muy rápido y muy confiable.

—¿Cuál fue el mejor y el peor momento del año?

—Yo divido el año en dos etapas. En la primera parte del año nos adaptamos a un auto nuevo, con un concepto totalmente distinto al de 2013. En Rafaela éramos candidatos, pero resignamos la victoria por miedo a perder todo. Fontana arriesgó con las gomas y ganó. Pero el verdadero golpe lo recibimos en la segunda fecha, en la que volvió a ganar Fontana. Luego todo cambió a partir de Buenos Aires, donde triunfé, por todo lo que significa el lugar, y por compartir la butaca con otro piloto...

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