Neil Young: registro de sus años más lisérgicos

El roadie del grupo, Bruce Berry, también murió por la misma causa unos meses más tarde. El consumo indiscriminado de drogas era en ese entonces moneda corriente en el entorno del músico canadiense. Y Neil Young era de los más comprometidos.

Cuando empezó a trabajar en el montaje de las imágenes de The Last Waltz, el gran documental que registró la despedida de The Band en el Winterland Ballroom de San Francisco, un Neil tenso y despeinado aparecía con un pegote blanco en la nariz que, según la elocuente descripción de Elliot Roberts, su manager en esa época, "tenía el tamaño de un M&M". Fue eliminado gracias a la técnica de la rotoscopía, lo que insumió una inversión importante: "Es la cocaína más cara que compré en mi vida", aseguró con filoso sarcasmo años más tarde el propio Roberts.

Pero ese contexto complicado coincidió también con una etapa de explosión creativa de Young. Acompañado por David Briggs, productor con el que trabajaba desde After the Gold Rush (1970), se encerró en los estudios Indigo, construidos muy cerca de un cementerio indio en las profundidades del cañón de Malibú, y en un par de sesiones grabó un puñado de canciones acústicas realmente extraordinarias. Son las que ahora, cuarenta años más tarde, aparecen en Hitchhiker. Briggs las registró una tras otra en un lapso cortísimo y superproductivo, apenas interrumpido cuando Young se detenía para fumar, aspirar algo o tomar una cerveza. Algunos de los temas, en sintonía con la situación, tienen un tono sombrío. Pero también hay otros en los que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR