Negocios desde la playa: emprendieron con la filosofía del dueño de Patagonia y ya tienen 14 locales

María Elena Tapia Troncoso, Guido Joachim y Ramiro Rodríguez Rendon

"Del agua a la oficina", es el slogan de la marca, una frase que María Elena Tapia Troncoso (38), diseñadora industrial y Guido Joachim (39), ingeniero, adoptaron como filosofía de vida. "Primero arrancá el día haciendo lo que te guste y haga bien, después encará la rutina, el trabajo o lo que tengas que hacer", dicen cómplices y sonrientes. Para la pareja, esta ecuación es perfecta para poder tener una vida feliz y estar motivados frente a lo que se presenta.

La historia muestra un largo y sinuoso camino recorrido que empezó hace 20 años en las playas de Necochea, lugar donde Tapia Troncoso creció. Desde que egresaron de la secundaria, tenían claro que no querían tener una rutina de trabajo estricta, con horarios fijos y oficina. Por el contrario, soñaban con pasar sus días en la playa, el lugar donde ambos habían crecido ya que Joachim es de Mar del Plata.

Su anhelo era vivir y trabajar en un lugar donde pudieran priorizar el contacto con la naturaleza.

Con esta idea en mente y mientras cursaban sus estudios universitarios, decidieron fabricar artesanías: collares y llaveros con materiales que sacaban del mar y luego caminaban por la playa buscando posibles compradores. Su buena onda y facilidad para entablar conversaciones con los turistas les ayudó mucho en las ventas.

Con los años y a punto de recibirse de diseñadora industrial Tapia Troncoso diseñó para su tesis un carro de exhibición para la playa. Empezaron a usarlo como estrategia de venta pero la innovación tuvo sus inconvenientes: se pinchaban las ruedas con la arena y el viento volaba los productos: " Una vez se nos volaron todos los productos al mar", recuerda entre risas la emprendedora.

Fabricaron 10 carritos en total y, a veces, enganchaban a algún conocido que les daba una mano con la logística del traslado y venta de las artesanías, pese a la vergüenza de algunos de sus amigos.

María Elena Tapia Troncoso en uno de sus carros en Playa Grande, Mar del Plata, 2011

Todos los días de nueve de la mañana a nueve de la noche, este dúo estaba firme en la playa vendiendo sus creaciones. Eso sí, cuando veían buenas olas, dejaban todo y se iban a surfear. "Nuestro objetivo siempre fue que nuestra oficina sea la playa, y de alguna manera lo estábamos logrando. Queríamos una vida activa y al mismo tiempo relajada, donde pudiéramos disfrutar del aire libre y hacer algo que nos gustara", cuenta Joachim.

En aras de...

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