Necesitamos contar con una estrategia para nuestra política exterior

La Argentina entre EEUU y China

La elección de la Argentina para presidir la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) despertó un intenso debate respecto de la conveniencia de asumir este rol. Si bien es cierto que ocupar espacios en foros internacionales resulta positivo, la cuestión de fondo consiste en saber qué es lo que hará el Gobierno durante su presidencia. Para entender las opciones que enfrenta debemos repasar algunos de los cambios que vienen ocurriendo en el mundo.

La política internacional está atravesando profundas transformaciones . Observamos por ejemplo un creciente descontento popular con las clases dirigentes, un malestar que impulsa la polarización y la búsqueda de soluciones radicales. A esta altura también resulta clara la existencia de un conflicto estratégico entre China y Estados Unidos. Una disputa de la que ya somos testigos, como lo muestran las disyuntivas que enfrenta el gobierno nacional al tener que decidir sobre cuestiones en las que las agendas de las potencias difieren, como sucede con la posible adopción de la tecnología 5G o la compra de armamento militar del país asiático. Estas diferencias también se dan en los organismos regionales, ya que Washington impulsa a la OEA como principal foro mientras que Pekín hace lo mismo con la Celac, de la cual Estados Unidos no forma parte.

Por otra parte, hace años que las economías latinoamericanas no crecen a los niveles que deberían para superar el subdesarrollo. A esto debemos sumarle las consecuencias económicas y sociales que dejará el coronavirus, una pandemia que parece haber acelerado el malestar popular y la polarización política. Otro fenómeno preocupante es la tendencia a subordinar la política exterior a consideraciones de tipo doméstico, práctica que dificulta el diálogo entre los gobiernos e incrementa la conflictividad. Un ejemplo de esto es la ideologización de los procesos de integración. Este fue el caso de la Unasur, impulsado por gobiernos progresistas, y luego del liberal Prosur. Al no estar basados en consensos internos, estos proyectos duraron lo que duraron los gobiernos que los impulsaron.

Pero el mundo también le ofrece oportunidades a la Argentina . Como lo demuestra el éxito de las empresas tecnológicas del país, los cambios tecnológicos deberían favorecernos. Algo similar ocurre con el campo, ya que el crecimiento de las clases medias en Asia continuará incrementando la demanda por sus productos. Además de contar con...

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