La necesaria pacificación y reconciliación

El holgado triunfo del oficialismo en las primarias del domingo pasado hace probable la reelección de Cristina Fernández de Kirchner por un nuevo período. Las primeras declaraciones de la Presidenta tuvieron un tono conciliador, pero aún es prematuro deducir de esa circunstancia que luego del 10 de diciembre, si se ratifica el apoyo electoral a su continuidad, habrá un giro en las formas de gobierno. Lo que sí puede decirse es que el país está frente a un horizonte en el que serán necesarias políticas correctivas en lo institucional, en lo moral y también en la gestión.La pérdida de las supuestas virtudes del llamado "modelo", sin duda precarias, exigirá corregir desbordes y distorsiones mediante políticas menos amables al ciudadano común que las de corte populista que caracterizaron estos últimos años.La paz social es una condición para cualquier gobierno que se proponga un mejor futuro. Pero lo es aún más si inevitablemente deberá transitarse por una gestión en que la ciudadanía deba enfrentarse a una realidad más sacrificada que la aparente bonanza material que fue posible con la inmensa ayuda de fortísimos vientos externos favorables.Porque la confrontación ya no podrá ser un instrumento de poder. Es imprescindible volcar los esfuerzos y las esperanzas hacia un futuro que deberá construirse con todos los argentinos. Con más razón, por los tiempos difíciles que se avecinan, se hace necesaria la pacificación y la reconciliación, y un sereno entendimiento.Una condición esencial es superar una permanente mirada hacia el pasado, teñida de interpretaciones sesgadas, asimétricas y vengativas. Esto no se logrará pretendiendo reconstruir la historia según el color de un dogmatismo faccioso del presente, que omite una mitad de los hechos según su particular ideología e intereses.Menos aún podrá cultivarse la paz interior si esta visión hemipléjica y plagada de odios se introduce en las aulas escolares, en las universidades y en los medios de comunicación. Por el contrario, las mentes de nuestros jóvenes deben poder analizar los hechos pasados con mayor objetividad que sus mayores, muchos de los cuales todavía conservan recuerdos dolorosos de los momentos vividos en las últimas décadasCon esta misma desviación, se ha presionado políticamente a la Justicia para que ésta actúe vulnerando principios que deben regirla y que nunca debieron abandonarse. La declaración de la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final rompió con el principio legislativo de...

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