La natación no deja de sorprender

TORONTO.- Las sorpresas no terminan en la piscina. A los varios récords nacionales y la doble medalla de Federico Grabich (oro y plata en 100 y 200m libre, respectivamente), ayer se le agregó la fantástica conquista de Santiago Grassi, plata en los 100m mariposa, una especialidad en la que los dos únicos medallistas panamericanos de nuestro país eran José Meolans (plata en 2003) y Luis Alberto Nicolao (bronce en 1967). Toda una señal de esta histórica recuperación de la natación argentina.

Sin saberlo, a los seis años Santiago Grassi empezó a construir su sueño. "No caigo todavía", dijo apenas terminó la carrera. En una familia de nadadores, él fue el único de los cuatro hermanos que continuó en el agua. Su hermana María Eugenia llegó a ser campeona sudamericana juvenil, pero después abandonó. Grassi, de 18 años, dice que sus tres hermanos lo alientan y que de su hermana aprendió el apego por la responsabilidad y la disciplina. Nacido en Santa Fe, en el club Unión forjó buena parte de sus anhelos que cada vez son más ambiciosos. En sólo cinco meses, Grassi bajó casi un segundo su marca. En marzo último marcó 52s94/100 y en abril rompió el récord argentino que ostentaba José Meolans (52s93/100) con un registro de 52s68.

A partir de entonces, su único objetivo era lograr clasificarse para los Juegos de Río 2016. Y ayer por la mañana lo consiguió, con un registro de 52s34/100. Pero aún podía más. El peruano Mauricio Fiol, que había sido segundo en la eliminatoria, fue descalificado por doping. Grassi había logrado el mejor tercer tiempo y ahora sus posibilidades de alcanzar un podio aumentaban. Así fue: estuvo a sólo a cinco centésimas de alcanzar el oro (ganó el estadounidense Giles...

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