Narcos en la antesala del poder

Dos causas judiciales han llevado el narcotráfico hasta las puertas del poder. Una investiga el exorbitante aumento de la importación de efedrina (un precursor químico clave para la elaboración de drogas sintéticas o como agregado de la cocaína) durante los años 2005 y 2008. La otra estalló por un estrago judicial del infaltable juez Norberto Oyarbide, quien sobreseyó a los imputados en un caso que investiga a droguerías que habían aportado a la campaña presidencial de Cristina Kirchner en 2007. Esas droguerías estaban vinculadas también con el caso de la efedrina.En el país se habla desde hace mucho tiempo de la necesaria relación entre el narcotráfico y la política, parentesco de las que son forzosamente partícipes algunas fuerzas de seguridad. La pregunta sin respuesta es hasta qué profundidades del Estado penetró el negocio de la droga. La respuesta es importante porque podría describir el tamaño de la esperanza, si es que ésta existe. Basta ver las experiencias de México y Colombia para advertir el poder del narcotráfico y el esfuerzo de los Estados para reconstruirse luego de su parcial cooptación por los mercaderes de la droga. ¿Qué pasó en la Argentina? ¿Hubo complicidad o negligencia? Tal vez haya dosis de ambas cosas en el desolador paisaje actual.El gobierno de Cristina Kirchner ha dejado huellas en la decisión de cerrar causas o de negarle colaboración a la Justicia en los dos expedientes en cuestión. La jueza María Servini de Cubría debió advertir que estaba dispuesta a allanar la Casa de Gobierno si continuaba la reticencia en trasladarle información sobre llamadas telefónicas que vinculan a traficantes de efedrina con el principal edificio del poder argentino. Oyarbide es un juez inexplicable, pero conoce su oficio. Es poco probable que haya resuelto en una causa que ya no era suya sólo por voluntad propia. Recibió un pedido del Gobierno, dicen, para limpiar la campaña presidencial de Cristina. Una casualidad permitió que ese expediente fuera revisado por la Cámara Federal de Apelaciones más prestigiosa, que apartó al juez del caso, declaró nula sus decisiones y lo denunció ante el Consejo de la Magistratura. Podría ser la última travesura de Oyarbide.¿Qué llevó a Servini de Cubría a hacer semejante advertencia, que fue desordenadamente replicada en público por el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli? La magistrada tenía las llamadas telefónicas de los acusados de traficar efedrina y la sospecha de que algunos de ellos se...

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