Nalbandian:'Fui de una camada que le devolvió el tenis a la gente'

Sólo un puñado de horas transcurrieron del plomizo mediodía. Alda, de sangre armenia, debe estar lagrimeando frente a la TV. Su hijo David, uno de los tres que la vida le regaló, acaba de hacer un anuncio público de esos que golpean el corazón, que dejan huellas. Nalbandian, una de las raquetas más prodigiosas que produjo la Argentina, a los 31 años dice que no puede más, que su maltrecho hombro derecho ya no le responde, que no le permite seguir compitiendo, que deja. Le duele el cuerpo al cordobés, pero mucho más la decisión; se advierte en sus palabras y, sobre todo, en su semblante, despojado de la armadura de hombre ácido que muchas veces lo acompañó. "Mi mamá no sabía nada. Te juro. Ahora la voy a llamar y me va a putear. Ayer estuve comiendo en la casa de ella y no le dije. Es que soy una persona que analizo las cosas yo y si tomo la decisión es muy difícil que vuelva atrás. Se dio así. Sé que mi mamá ha disfrutado y sufrido muchísimo, no sé en qué porcentaje cada cosa. Pero son etapas. Si no era hoy, era en dos meses o el año que viene, pero no podía más. Un deportista nunca está preparado para lesionarse, sino para jugar", cuenta David a LA NACION, en un salón de La Rural.Y con él se rompe el último eslabón de la maravillosa Legión argentina. El unquillense, producto genuino de la Escuela Nacional de Tenis impulsada por Enrique Morea, era la última joya de una camada fabulosa, el último que seguía de pie, aunque hacía rato que se veía venir el final de una película que tuvo todos los climas. Enormes alegrías y profundas tristezas; garra, talento, hazañas deportivas y toques mágicos; discusiones, insolencias y desplantes. Desde que ganó el US Open junior en 1998 derrotando a Federer, Nalbandian tuvo una carrera que nunca pasó inadvertida. Fue profesional por 13 años. Jugó por última vez en abril, por los cuartos de final de la Davis ante Francia: ganó el punto de dobles junto con Zeballos ante Llodra/Benneteau. Le quedó la Ensaladera atragantada; también algún título de Grand Slam. A fines de mayo, tras la cirugía, su mujer, Victoria, dio a luz a Sossie. Desde ese día, su prioridad.—Cuando te operaste, en mayo, ¿pensaste que sería determinante en tu carrera o que igualmente podrías rehabilitarte?—No, no, teníamos la esperanza de regresar, porque las imágenes de los estudios no dieron que la lesión era tan grave como cuando me abrieron, digamos. Cuando terminó la cirugía, los médicos me dijeron que estaba mucho más lesionado de lo que esperaban. La...

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