Nadie quiere avivar el fuego

La diputada volvió a hacer gala de su temperamento y corrigió a su marido, : "Desde el punto de vista político, lo que hiciste es incorrecto". El sindicalista no estaba de acuerdo. Era la noche del 20 de enero en Mar del Plata y Barrionuevo acababa de fustigar públicamente a y a por haber http://www.lanacion.com.ar/1657142-ausentes-scioli-y-massa-jugaron-su-propio-partido-en-la-interna-gremialal encuentro que había organizado con Hugo Moyano. La excusa de José Manuel de la Sota, que llamó por teléfono y atribuyó su ausencia al conflicto con la policía, podía ser más atendible, pero el resto del peronismo claramente estaba esquivando la foto.Camaño era más indulgente. Decía que la situación política se había complicado como para ese tipo de presencias y recordaba que, dos días antes, en esa ciudad, Scioli y Massa se habían mostrado juntos con Barrionuevo en la inauguración del Hotel Sasso, de los gastronómicos. "Son unos cagones", insistió el sindicalista, y repitió ante la prensa: "Si no tienen huevos, que no vengan".El verano tormentoso ha configurado un escenario con pocos precedentes. Frente a un liderazgo debilitado y una economía endeble, nadie quiere exponerse al rol de precipitador de una caída. No es casual que los empresarios que se congregaron el martes en la Rural, en la reunión más numerosa y crítica de los últimos tiempos, se hayan propuesto sólo hablar a través de un documento que redactará el ensayista Santiago Kovadloff y que no estará dirigido sólo al Gobierno, sino a toda la sociedad. Un precepto corporativo de tiempos de crisis.Los políticos vacilan y el establishment espera. Scioli atenuó su campaña presidencial, exhibida por ahora en carteles en ciudades turísticas, y el massismo mide sus apariciones. Hace tiempo que los empresarios han resuelto no invertir, pero ya advierten el cumplimiento de una vieja profecía discutida largamente en la Unión Industrial Argentina (UIA): acorralado, el Gobierno acabará por culparlos de los desequilibrios. Shell, Arcor, Coto y los productores agropecuarios pueden haber sido el comienzo.La Presidenta camina en una rara soledad. No encontrará fuera del kirchnerismo nadie dispuesto a apuntalarla, pero tampoco enemigos públicos. Como si la devaluación, la restricción externa, los precios y el colapso energético, volvieran innecesaria cualquier argumentación.El desconcierto cunde además entre los propios. Cinco días antes de que se anunciara la apertura parcial cambiaria, un curioso le preguntó en...

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