'Nadie tiene más ilusión que yo'

Son 26 jugadores los que se instalaron ayer en el complejo Solanas de Punta del Este, pero hay uno que se lleva todas las miradas. El reencuentro entre la figura añorada y el club que lo forjó para que fuera un jugador de elite, con largo recorrido en España y Portugal, empezará a hacerse realidad en la cancha, en el gimnasio, en la convivencia diaria de la pretemporada. Pablo Aimar y River, otra vez juntos, como hace 14 temporadas y con la misma ilusión de cuando este riocuartense, con 16 años, empezó a escribir la primera parte de una historia a la que le quedó abierto el final. Un sueño para todos en Núñez, donde en cada mercado de pases se tejían esperanzas y al rato se llenaba de desilusión.

Llegó el momento, después de varios intentos frustrados. Con el presidente Rodolfo D'Onofrio y el secretario técnico Enzo Francescoli como operadores de la gestión, el técnico Marcelo Gallardo fue quien terminó de seducirlo. El Muñeco, justo él, que cuando se marchó dejó a Aimar como heredero de la camiseta N°10, le abrió la puerta para que el Payaso vuelva a divertirse. La pretemporada y los partidos amistosos en Montevideo serán el examen que se impusieron los protagonistas para sacar conclusiones; de cómo se sienta el jugador y de las observaciones que saque el técnico dependerá la firma de un contrato para un año con todo tipo de desafíos por delante en River.

Con Pisculichi, otro caso en el que Gallardo agudizó el ojo para detectar a un conductor ante la inminente partida de Lanzini, como clásico enganche, el Muñeco tendrá en Aimar a un aliado para desarrollar el fútbol dinámico y agresivo que enseñó River en el semestre pasado. Con el Payaso, el entrenador reforzará el puesto, dispondrá de una rueda de auxilio para un calendario exigente, y los más jóvenes tendrán un espejo en el que mirarse. Con la inteligencia de movimientos, la pegada y el último pase que le puede ofrecer Aimar, Gallardo potenciara a un plantel que viene de dos consagraciones. El técnico tiene devoción por los futbolistas de jerarquía, desequilibrantes. Lo demostró al convencer a Pisculichi y lo vuelve a demostrar ahora, porque con Aimar, River reafirma su identidad futbolística.

Los sueños de Aimar transitan dentro de River nuevamente. Había que ver la sonrisa al entrar en el vestuario del Monumental de quien hace más de catorce años no se vestía con la indumentaria oficial del club de Núñez. Para el pensamiento de Gallardo y de los que lo llamaron, tiene un andar...

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