Cuando ya nadie se acordaba de él, Berlusconi resurge de sus cenizas políticas

ROMA.- Está mucho más flaco -gracias a una dieta y mucho fitness-, se hizo algunos retoques -ostenta un rostro más distendido- y se prepara para el gran retorno. Aunque aún espera que la Corte europea de Derechos Humanos de Estrasburgo dictamine si puede ser candidato, o no -ya que pesa sobre sus espaldas una condena por fraude fiscal-, Silvio Berlusconi ha regresado al escenario político italiano. Y nadie duda de que tendrá un papel decisivo en las elecciones generales que tendrán lugar en marzo o abril del año que viene, en las que la centroderecha -en los últimos años "huérfana" de su líder máximo y golpeada en las urnas- espera recompactarse y volver al poder.

"Más allá de la sentencia de Estrasburgo, con o sin mi nombre sobre la boleta electoral, voy a estar en primera línea con mi cara, mis palabras, mis ideas, en la campaña electoral de Forza Italia", suele asegurar ahora el ex primer ministro, que, luego de un largo período de silencio, en los últimos meses reapareció en los medios.

Pese a sus 80 años y la seguidilla de escándalos sexuales y judiciales que marcaron su carrera, el magnate, que muchos consideraban muerto políticamente, ha resurgido de sus cenizas. Fundador del coloso televisivo Mediaset y hasta hace poco dueño del club Milan, Berlusconi apareció como un outsider de la política italiana en 1994. Entonces su flamante partido, Forza Italia, ganó las elecciones aliándose con la Liga Norte y otro partido de derecha. Desde entonces, fue varias veces diputado y cuatro veces jefe de gobierno de la península. Con 3340 días en el poder, se convirtió en el primer ministro más longevo de la Italia republicana.

Amado u odiado por la opinión pública, considerado por muchos el culpable de la debacle actual del país -estancado económicamente-, pero muy carismático, Berlusconi desapareció dramáticamente del mapa en noviembre de 2011. Noqueado más por la crisis económica que casi lleva a Italia a la bancarrota que por sus noches de "bunga-bunga", se vio obligado a renunciar como primer ministro, presionado por los mercados y por sus socios europeos, en medio de la humillación de los abucheos de la gente. Fue sucedido por un gobierno técnico.

Entonces hubo analistas que, al destacar que ya no tendría un escudo judicial, certificaron el fin de Berlusconi. En octubre de 2012 fue condenado a cuatro años de prisión por fraude fiscal, pena que, por su edad, expió yendo a hacer trabajos sociales a un centro de ancianos. Ya alejado de las...

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