Nació con 24 dedos, y quiere ser doctora para curar a su familia

Yenifer Mierez se crió en una familia humilde; su papá es hipertenso, tiene enfermedades cardiovasculares crónicas y problemas en los riñones; su hermano Richard tiene una discapacidad mental y Walter presenta un retraso madurativo. Ella de chica, tuvo un problema en el corazón

MISIONES.- El calor es agobiante. Estamos sentados en el quincho de la casa de Yenifer Miérez en el barrio San Cayetano, de Eldorado, Misiones y el viento se levanta con fuerza. Los gotones de lluvia se clavan de punta en la tierra colorada del patio, en los árboles de mango y en el techo de chapa de su casa precaria. La puerta está rota y le falta la última madera que llega al piso. Cuando se larga el diluvio y su mamá se apura a bloquear la entrada del agua a la vivienda con el trapeador, Yeni sale disparada en short, remera y descalza a tirarse por los toboganes de barro que se arman en la calle. Se ríe a carcajadas, grita y levanta las manos para sentir más la velocidad.

Esta felicidad era impensada para ella y para su mamá, hace tan solo tres años cuando sufría bullying en la escuela porque nació con seis dedos en las manos y en los pies . "La escuela anterior no me gustaba. Me decían seis dedos o veinticuatro dedos. Eso a mí me hacía sentir triste. Y pedí cambiarme de colegio", dice esta nena de 11 años una voz nasal que por momentos se pierde y es difícil de entender.

Yeni vive en un barrio humilde de gente que solo consigue trabajos informales, con sus papás y tres de sus cinco hermanos. Las dos más grandes se fueron a Buenos Aires a trabajar este año y ya las extraña. Es tímida y le cuesta entrar en confianza. Al principio de la charla mira mucho al piso y se raspa el resto de esmalte rosa que le queda en las uñas de las manos. Mientras su mamá —Carmen Vera— se pone a preparar unas tortas fritas en el horno de barro, Yeni la ayuda a estirar la masa. "Ahora que tengo amigos estoy mejor", agrega para reforzar lo obvio.

Su mamá se acerca para sumar cómo vivió ella las burlas hacia su hija: "Me molestó mucho pero es cuestión de hablar con los papás para que hablen con los hijos y les digan que no hagan eso. Yo un día fui a hablar con la maestra de la escuela pública y me dijo "mira mamita, yo no puedo ver todo. Cuando yo hablo con uno acá, dos allá hacen desastre". Entonces decidí sacarla", recuerda con la voz entrecortada.

Un nuevo comienzo

Así fue como Yeni entró a la Escuela Divino Niño Jesús y pudo empezar un nuevo capítulo en su vida. "Ella es una niña con...

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