Músicos y actores no cobraron sus contratos con el CCK

Alrededor de 2500 artistas que fueron contratados por el Centro Cultural Kirchner esperan cobrar el dinero pautado por sus presentaciones. Según diversos testimonios, la mayoría de esos papeles fueron remitidos a las universidades públicas con las que el CCK había establecido acuerdo (la Unsam concentra buena parte de esos contratos). Mayoritariamente, los fondos para el pago dependían del Ministerio de Planificación y de la Unidad Ejecutora Bicentenario. En todos los casos, los artistas firmaron sus contratos, del cual no tienen copia, y dejaron su factura de monotributistas a la espera de novedades.

A modo de estado de situación, se enumeran algunos casos testigos. Fábrica de lo sensible, ejemplo uno, se estrenó en septiembre. Lo dirigió Silvia Lang con un equipo de 33 artistas de primer nivel (Gabo Ferro, Diana Szeinblum, Carmen Baliero, Alejandra Flechner, Esteban Meloni, Laura López Moyano, Matthieu Perpoint, Iride Mockert, Celia Argüello Rena, Pablo Lugones y Juan Coulasso, entre otros). El espectáculo fue encargado por el Ministerio de Cultura de la Nación, desde la Dirección de Industrias Culturales con financiamiento del CCK mediante un convenio con la Unsam. No cobraron.

Rosa brillando, ejemplo dos, es una obra de Juan Parodi que hizo funciones en el Ciclo Estrógenas, que tuvo lugar en octubre. En ese ciclo también se programó El rastro, el espectáculo de Alejandro Tantanian con Analía Couceyro, que ya había hecho otra función en julio. Ni unos ni otros cobraron.

En el mismo mes de octubre, ejemplo cuatro, se realizó el ciclo Música y Musiquita de Provincias por el cual...

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