Murió Carlos Reutemann: el peronista que no quería ser presidente y la frase que marcó su carrera política

Carlos Reutemann, en una imagen de 2002, cuando sus cavilaciones sobre la candidatura presidencial tenían en vilo al poder

No lo entendían. Como nunca antes ni después, el peronismo se topó en 2002 con un dirigente que tenía la presidencia al alcance de la mano pero se negaba a competir. Carlos Reutemann llevaba la cuenta de las veces que había rechazado los ruegos en aquel invierno que siguió al estallido de la convertibilidad. "¡Cuarenta y un veces no es no!" , rezongó para despachar a los periodistas que se arremolinaban a su alrededor el día que Eduardo Duhalde lo citó en la Casa Rosada para convencerlo.

La historia recordará otra frase que usó, titubeante y enigmático, para explicar por qué no quería ser candidato a presidente: "He visto algo que quizás yo no lo pueda decir en público, quizás no lo voy a decir nunca. Algo vi que seguramente no me terminó de convencer ". La memoria popular lo sintetizó en "vi algo que no me gustó" y nació el mito de que Carlos Menem -en su última ilusión por recuperar el poder- lo había extorsionado con videos íntimos inconvenientes .

Era tan inverosímil que tirara a la basura 40 puntos de intención de voto en un desierto de candidatos... En el peronismo no podían más que sospechar. Muchos creían estar ante la estrategia de un tiempista genial. Duhalde, presidente accidental, había jurado no intentar la reelección después del crimen de Kosteki y Santillan y no encontraba opciones para obturar un regreso de Menem, su enemigo acérrimo. El principal armador del Presidente en el PJ, Juan Carlos Mazzón , apostaba asados a que finalmente el candidato oficialista en 2003 sería el Lole. Estaba lleno de operadores políticos que diseñaban planes para ubicarse cerca del favorito en el momento justo. Tenía cualidades únicas: un gobernador que manejaba su propio auto, sin custodio, al que no se le achacaban casos de corrupción, que no hablaba de más y resultaba creíble para empresarios y diplomáticos. Hacía juego con el espíritu de época, teñido por el "que se vayan todos". Y encima era un peronista orgánico.

Noviembre de 2002: una reunión a solas del presidente Eduardo Duhalde con el gobernador Carlos Reutemann en una estancia de Santa Fe. Buscaba convencerlo de que aceptara ser candidato

Uno de los armadores que trabajaba en la "hipótesis Lole" era un joven legislador porteño llamado Alberto Fernández , jefe de campaña de Néstor Kirchner . Todavía en septiembre de 2002 Fernández confesaba en la intimidad que su...

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