Un mundo infalible que sólo vulnera Máximo

Sólo una persona se atrevió a discutir en estos días con Cristina Kirchner. Fue su hijo Máximo, el lunes, en el Hospital Austral. Preocupada, la Presidenta se había tomado el trabajo de ir a buscarlo personalmente a Río Gallegos y repartía órdenes en el centro de salud, pero fue interceptada por el internado. No te metas, el paciente soy yo , la frenó, delante de testigos que refirieron la anécdota.Para el resto no es fácil. Hace meses que la jefa del Estado ha entrado en la etapa más hermética de su gestión. Así, el kirchnerismo se comunica a menudo a través de gestos. Lo supo Aníbal Fernández en su peor semana desde que se inició este proceso. Aquellos siete días en los que sorprendió con tres declaraciones sobre el control de cambios que molestaron en la Casa Rosada. Tal vez el reto posterior no haya sido casual ni -como bromeó Cristina Kirchner- el senador estuviera tomando Vivarachol . En rigor, tres días antes de aconsejar a la sociedad que se fuera acostumbrando "a pensar en pesos" se había reunido con Daniel Scioli. Fue el sábado 26 de mayo, en un asado en Villa La Ñata, la casa que el gobernador tiene en Tigre, donde se habló de cuestiones que preocupan a ambos: YPF, la relación con los intendentes, el escenario de los próximos meses y, en el caso de Fernández, la posibilidad de trascender más allá de 2015. En el entorno del ex motonauta no lo ven mal. Dicen que el destinatario del bonete cristinista tiene "manejo territorial".La reclusión del Gobierno a un círculo de pocas personas viene provocando este tipo de ardides. Peronistas, dirigentes sindicales y hombres de negocios han empezado a ver a Scioli como apuesta válida. Dos líderes empresariales, José Ignacio de Mendiguren y Luis Betnaza, se reunieron con él durante el último mes en diferentes momentos. Hubo también un encuentro más institucional con representantes de hipermercados.A veces los tanteos terminan en el desconcierto. Antes de que se publicara el decreto por el revalúo inmobiliario, enviados del Grupo Clarín se volvieron de una de esas reuniones convencidos de que Scioli no tomaría la medida. Los inquietaba la aplicación de ingresos brutos para Cablevisión, hasta allí exenta. Pero después, en una conversación con Cristina Kirchner, el gobernador acordó la decisión a cambio del envío de 3000 millones de pesos que necesitaba para los sueldos de junio y julio y el aguinaldo. Monto que, dicho sea de paso, todavía no llegó.La visión de las corporaciones sobre el líder bonaerense no...

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