Mundial y salud: las emociones que despiertan los partidos, ¿podrían aumentar los problemas cardiovasculares?

La emoción "se siente en el cuerpo" y el corazón no está ajeno a esa manifestación

Con la pitada inicial en Qatar 2022 y aunque pareciera que el mundo va a detenerse, las rutinas, los acontecimientos agradables y las no pocas vicisitudes seguirán presentes el mes que durará el Mundial. Entre las realidades que no se soslayarán están las enfermedades cardiovasculares : enfermedad coronaria, hipertensión y ACV, que son la principal causa de muerte en el mundo occidental. Hoy sabemos que los estados crónicos de depresión, ansiedad y estrés son algunos de los factores de riesgo que, entre muchos otros, favorecen su aparición.

Por su parte, los estados emocionales intensos de ira, ansiedad, tristeza, angustia y estrés agudo son "gatillantes" potenciales de eventos cardiovasculares agudos, como el infarto agudo de miocardio, las arritmias cardíacas y el síndrome de Takotsubo o del "corazón roto". Todos pueden inducir una muerte súbita o repentina .

Este vínculo entre las emociones intensas y los eventos cardiovasculares se observó en catástrofes como terremotos y bombardeos, pero, también, durante eventos festivos como en las celebraciones de fin de año y religiosas. Crisis económicas, políticas y elecciones presidenciales también están asociadas con una mayor tasa de complicaciones cardiovasculares . Alto estrés y miedo (corazón de soldado o de la trinchera), grandes tristezas (síndrome del corazón roto) y alegrías intensas (síndrome del corazón alegre) relacionan a las emociones con esos desenlaces desafortunados.

Entonces, ¿son las emociones algo dañino? Ante todo, debemos saber que son una serie de cambios físicos, no conscientes (automáticos), de aparición rápida y duración corta (segundos a escasos minutos) que se producen por algún estímulo o situación. Las seis emociones clásicas reconocidas son, la felicidad, la tristeza, la ira, la sorpresa, el miedo y el disgusto.

Los cambios físicos son inherentes a la emoción. La emoción "se siente en el cuerpo" y el corazón no está ajeno a esa manifestación. Sería una profunda injusticia demonizar a las emociones: sin ellas, el ser humano difícilmente podría haberse adaptado a la evolución (el miedo es desagradable, pero os aleja de los riesgos y facilita la supervivencia). Pero, también, y de acuerdo con la intensidad del estímulo, el estado cardiovascular previo y la susceptibilidad individual, pueden acarrear las complicaciones cardiovasculares mencionadas.

Entonces, ¿las emociones que despiertan...

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