Multaron a la constructora Esuco, una de las favoritas de los Kirchner

Las constructoras argentinas que quedaron salpicadas por el Lava Jato hoy están bajo un microscopio. No sólo de la Justicia, sino también del Gobierno, que observa de cerca a todos sus papeles, controla su contabilidad e incluso, resolvió enviar inspectores a algunas asambleas de accionistas.

En ese camino, llegaron los primeros coletazos. Esuco, la firma de Carlos Wagner y una de las constructoras predilectas de Cristina Kirchner, esta semana recibió una multa de la Inspección General de Justicia (IGJ), un organismo dependiente del Ministerio de Justicia, por incumplir con los procedimientos para realizar su asamblea ordinaria. El monto de la sanción es simbólico, $ 21.500, pero tuvo un significado aleccionador.

Esuco se asoció a Camargo Correa (investigada en Brasil junto a Odebrecht) para el proyecto de la planta potabilizadora de AySA en Berazategui. Esa obra y su "melliza", la planta de Paraná de las Palmas, son pesquisadas por el juez Sebastián Casanello. La sospecha es que se pagaron coimas al entorno de Julio De Vido para conseguir los contratos.

Como reveló la nacion, los sobornos se hicieron a través sociedades offshore. El empresario Jorge "Corcho" Rodríguez y Wagner fueron señalados como intermediarios, aunque ambos negaron ese rol.

La multa a Esuco implica un cambio de época. Wagner presidió la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) durante ocho años del kirchnerismo y estuvo señalado por el sector como uno de los constructores favoritos de Cristina. Esuco se posicionó en el séptimo puesto del ranking de contratistas del Estado, según el ex ministro de Planificación.

Hoy, la gestión de Mauricio Macri decidió sancionar a Esuco. El inspector general Sergio Brodsky, consignó que la empresa omitió notificar con 15 días de anticipación la celebración de la asamblea donde se aprobaron sus balances anuales. Esuco, como toda empresa regulada por la ley de sociedades comerciales, está incluida en el régimen de fiscalización permanente y la IGJ puede enviar a inspectores a las reuniones de accionistas.

El organismo indicó que la firma de Wagner tampoco cumplió a tiempo con la presentación de sus últimos balances. Pero fue más allá y miró el historial de la empresa: dijo que "la sociedad presentó fuera de plazo los estados contables de los años 2012, 2013, 2014 y 2015". Es decir, que no había sido cumplidora tampoco durante la ex gestión.

Consultado por la nacion, Wagner aseguró: "Los balances de la...

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