Las mujeres del Cordón del Famatina
Autor | María Pía Silva |
Páginas | 323-325 |
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María Pía Silva | Las mujeres del Cordón del Famatina
Relatos de Resistencia
María Pía Silva (Argentina)
Las mujeres del Cordón del Famatina
Como integrante de la Asamblea por la Vida de
Chilecito (La Rioja) pretendo tomar algunas de-
finiciones en relación con aquellas miradas que
marcan las coninuidades históricas del colonia-
lismo y por ende las opresiones, sobretodo, de
las mujeres. Es decir, desarrollar algunas ideas
respecto al funcionamiento del triple sistema de
dominaciones: colonialismo, patriarcado y capita-
lismo en relación a los conlictos socioambientales
actuales (Souza Santos, Lugones, Segato, Bidaseca).
Extractivismo y Estado
La lógica extraciva del actual modelo
económico cobra diferentes denominaciones:
capitalismo salvaje, acumulación por desposesión
(Harvey, 2003), neodesarrollismo extracivista
(Machado, 2007), extracivismo (Gudynas, 2011)
desposesión y despojo como modo de acumulación
(Galafassi, 2012). Dentro de los tres ipos de
extracivismo desarrollados por Gudynas (2011), el
depredador es la modalidad de desarrollo actual o
lo que se eniende por extracivismo convencional.
Se trata de un extracivismo de fuerte carácter
extensivo, ya que implica la conquista de gran-
des áreas geográficas. Este modelo expande sus
fronteras hacia zonas históricamente eique-
tadas como “improducivas” aun cuando ese
avance signifique el desplazamiento de comuni-
dades de sus territorios (Svampa; 2009). Para
Machado, el ciclo actual está caracterizado por
el neodesarrollismo extracivista que se despliega
bajo el creciente control de grandes núcleos cor-
poraivos transnacionalizados. En esta nueva eta-pa
extracivista opera la apertura y puesta en dispo-
nibilidad de los territorios y recursos de la región como
objeto preferencial de la reapropiación y reasignación
general de los lujos y procesos producivos del capital
global (Machado, 2012).
Uno de los pilares de esta nueva forma es el
papel del Estado metaregulador, que lejos de de-
saparecer, se consituyó un pilar responsable de
implementar el modelo extracivista. El Estado
que deja de ser un mero espectador y pasa a
consituirse en un actor clave del desarrollo
extracivo nacional, tal como expresa Antonelli
(2009). Para R. Segato (2016) se trata de una
ambivalencia inevitable, porque es incompaible
su pretensión democráica con su adhesión al
proyecto del capital.
En Argenina, la megaminería se funda en una
provocaiva paricularidad: la autoinhibición del
propio Estado nacional para disponer de su territorio,
de su soberanía. De esta forma, el mapa de esta
megaminería configura una “supranación” en la
cual el territorio resulta de
la desapropiación del lazo que lo unía a la
soberanía y que ha insituido, desde el cuer-
po normaivo minero de los 90, la figura del
superficiario ante el beneficiario del subsuelo.
(cursiva en el original, Svampa-Antonelli,
2009:54)1.
Una tesis desarrollada por varios autores (Souza
Santos, Alimonda, Machado, Segato, otros) señala
que el extracivismo no es un proceso nuevo,
sino un periodo considerado como la marca de
origen de lo lainoamericano, esto es la persistente
colonialidad que afecta a su naturaleza (Alimonda,
2012). Para Segato, el Estado avanza sobre los
1 La estructura de poder que sustenta esta industria iene su
génesis en el Código Minero modificado en 1993, a parir de
ahí el Estado sufrió reconfiguraciones para adecuarse a los
requerimientos del paradigma extracivista.
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