Una muestra de debilidad

Se lo mire por donde se lo mire, el proceso para encumbrar al http://www.lanacion.com.ar/-cesar-milani-ahora-admite-que-intervino-por-azar-en-el-expediente-del-soldado-desaparecidocomo hombre fuerte de los militares ha sido, hasta ahora, un fracaso político de la Presidenta. Un fracaso espoleado por el error en el sistema de toma de decisiones de la mandataria, agravado por una evidente debilidad política. Postergar su ascenso podría resultar para más oneroso en términos políticos que haber http://www.lanacion.com.ar/1603774-cristina-kirchner-no-cometamos-la-torpeza-enfrentarnos-entre-uniformados-y-civiles. A pesar de todo esto, ayer la Presidenta decidió, explícitamente y por cadena nacional, quedar atada a Milani, a su polémico pasado y a su complicado presenteEl actual jefe del Ejército corporiza el ideal de cierto antiguo peronismo de contar con militares propios. Milani saca réditos de esa debilidad del oficialismo. En el único reportaje a medios gráficos que dio, a Página/12, subrayó su adhesión al "proyecto nacional y popular".Lo de popular es un agregado novedoso. En su último discurso, en la cena anual de las Fuerzas Armadas, habló de sus "ansias por trabajar por un proyecto nacional". No figuró entonces la palabra popular. El cristinismo es, desde ya, la única fracción política que dice liderar un "proyecto nacional y popular".Héctor Cámpora hurgó en esa veta, tan populista como militarista, cuando nombró jefe del Ejército al general Jorge Carcagno. Isabel Perón insistió en la teoría de un militar propio cuando lo puso en ese cargo al general Alberto Numa Laplane. Perón, que era un militar, evitó esa peligrosa tentación, tal vez porque conocía sus consecuencias. Su jefe del Ejército en 1973 fue un militar profesional, más bien liberal en lo político, el general Leandro Anaya. Sin embargo, aquellas experiencias de Cámpora y de la viuda de Perón estaban influidas por el temor a un golpe de Estado, desgraciadamente muy común en las décadas anteriores a sus gobiernos. El período isabelino terminó, en efecto, con otro golpe de Estado.Pero ¿qué razones hay detrás de la actual pertinacia presidencial en tener un Ejército que le responda políticamente? Felizmente no existe ahora ningún riesgo de ruptura del orden constitucional. Tal vez todo se deba a la imposibilidad de deshacerse con facilidad de un militar que es jefe del servicio de inteligencia del Ejército desde hace cinco años. Nadie ha desmentido ni confirmado hasta ahora la información...

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