La muerte lenta del chavismo

MADRID.- Una fiera malherida es más peligrosa que una sana, pues la rabia y la impotencia le permiten causar grandes destrozos antes de morir. Ése es el caso del chavismo hoy, luego del tremendo revés que padeció en las elecciones del 14 de abril, en las que, pese a la desproporción de medios y al descarado favoritismo del Consejo Nacional Electoral (cuatro de sus cinco rectores son oficialistas), http://www.lanacion.com.ar/1579010-maduro-a-la-caza-de-enemigos-en-la-region-y-el-mundoy probablemente sólo pudo superar a duras penas a Henrique Capriles mediante un gigantesco fraude. La oposición ha documentado más de 3500 irregularidades en perjuicio suyo durante la votación y el conteo de los votos.Advertir que "el socialismo del siglo XXI", como denominó Hugo Chávez al engendro ideológico que promocionó su régimen, ha comenzado a perder el apoyo popular y que la corrupción, el caos económico, la escasez, la altísima inflación y el aumento de la criminalidad van vaciando cada día más sus filas y engrosando las de la oposición, y, sobre todo, la evidencia de la incapacidad de http://www.lanacion.com.ar/1579281-tras-dos-meses-sin-chavez-maduro-lucha-por-reencauzar-su-revolucionpor cesuras y rivalidades internas, explica los exabruptos y el nerviosismo que en los últimos días han llevado a los herederos de Chávez a mostrar la verdadera cara del régimen.Es decir, su intolerancia, su vocación antidemocrática y sus inclinaciones matonescas y delincuenciales.Así se explica la emboscada de la que fueron víctimas el martes pasado los diputados de la oposición -miembros de la Mesa de la Unidad Democrática-, en el curso de una sesión que presidía Diosdado Cabello, un ex militar que acompañó a Chávez en su frustrado levantamiento contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. El presidente del Congreso comenzó por quitar el derecho de la palabra a los parlamentarios opositores si no aceptaban el fraude electoral que entronizó a Maduro e hizo que les cerraran los micrófonos. Cuando los opositores protestaron, levantando una bandera que denunciaba un "Golpe al Parlamento", los diputados oficialistas y sus guardaespaldas se abalanzaron a golpearlos, con manoplas y patadas que dejaron a varios de ellos, como Julio Borges y María Corina Machado, con heridas y lesiones. Para evitar que quedara constancia del atropello, las cámaras de la televisión oficial apuntaron oportunamente al techo de la Asamblea. Pero los teléfonos móviles de muchos asistentes filmaron lo ocurrido, y el...

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